El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Friday, May 30, 2008

Y Yo que tú yo que tú ya no me moriría


que curioso que curioso empezar a leer Y yo que tú yo que tú ya no me moriría precisamente el día de tu cumpleaños. Para Javi que no sabía alemán y ni falta que hacía. Recuerdo el libro en el buzón yo abriendo el buzón que nunca abría. Barakaldo. Y un sobre y un remitente: Peter. Peter. Y dentro la novela y dentro la dedicatoria. Y leer el comienzo rápido muy rápido sin enterarme de nada como si la ansiedad prendiera fuego a las hojas y tan rápido que me dolía la cabeza te dolerá la cabeza me duele la cabeza y vuelta a empezar no empezando sino como empezara. Por la calle y en el autobús y en el metro releyendo la dedicatoria y riendo y luego Pippit de nuevo Como cuando acabas de abandonar la cárcel y tienes delante de la puerta un abanico de posibilidades abanicables: norte o sur o este y oeste o noreste y noroeste y suroeste y norsur y surnoreste o norestesur de tal manera que si piensas detenidamente la serie de decisiones que debes tomar volverás a entrar a la celda pidiendo por favor una condena generosa por un delito mínimo riendo solo no como el que ríe un ingenio sino con la satisfacción de un niño que aprende el significado de la palabra patata PA-TA-TA y repite PATATA PATATA PATATA muchas veces y así hasta transformar la patata en energía y la energía en feldespato.

Thursday, May 29, 2008

Niños en el taller (y final)



PabloN
dibujó un iglú y un esquimal y una foca y un pingüino. Mientras su madre le ponía el abrigo, la hoja pasó tres veces de una mano a otra:

- A que los iglúes se hacen con cubitos de hielo, JavoN...

- Sí... muy bien. Con cubitos.

- Voy a pintarrrrlo en mi casa con rrrrotuladores y te lo regalarrrré el próximo día, ¿vale?

- Vale.

- Estoy loco...

- Un poco.


De eso hace cinco semanas. No hubo próximo día. No tuve valor para despedirme de PabloN. Ni de Jenny, ni de Vero: mis compañeras. Tampoco le di las gracias a Lourdes, la directora, por tratarme como a uno más, por enseñarme tantas cosas. Sólo tengo que dejarlo. Lo siento. A veces no estoy a la altura.

Y, después de ocho meses, tuve tiempo para cortarme el pelo.

Wednesday, May 28, 2008

Se busca Patilla


Esta es su última imagen, tomada ayer en Nueva York por un fotógrafo aficionado. Se agradecerá cualquier información al respecto.

Tuesday, May 27, 2008

Hoy, arte (2) Homenaje


Título: C'est une pipe/ (mis) Gafas para Van Gogh.

Hoy, arte (1) Ready made


Título: (mi Patilla) Buscando el vacío en un contexto desconcertante III/ Rascador portátil.

Monday, May 26, 2008

En busca de sentido (Reloaded)

Sunday, May 25, 2008

Mo cuishle


Si esperamos juntos. Que la vida empieza al amanecer. Cada amanecer, otra vez empieza contigo. Las horas, todas las horas y las horas. En las despedidas y si ya no te quiero y te quiero. Renunciando a los sueños para vivir todos los sueños con nombre, tu nombre. Tu nombre, los sueños. Tu nombre, tu nombre, tu nombre. Renuncio. Para hacer real el único sueño la vida tu nombre. Quererte mucho tanto es poco. Porque aprendí a quererte bien. La forma, quererte bien en todas partes y lejos, la vida queda lejos. Silencio. Silencio. Te quiero. Amanece. Te quiero. Amanece. Ya amanece. Te quiero.

Friday, May 23, 2008

Ellas te arreglan la cabeza



Encontré, al mes séptimo (quinto del calendario gregoriano), un momento -el momentico- para una sesión de peluquería. Las patillas simiescas amenazaban con alcanzar los tobillos y echarse a correr por cuenta propia, mientras que el cabello (suena mal, cursi, cabello, cabellos de oro) poco tenía de angelical, que sí mucho de mocho. Y total, que fui bajo recomendación materna -a ver si te da unas mechas, hijo- a Jose García, en la Rochapea, que queda a un paso del estudio.

Cuando llegué no estaba Jose, pero en cambio sí dos chicas de uniforme negro con una rosa de terciopelo donde el corazón. Esperé leyendo, Y yo que tú yo que tú ya no me moriría. Olvidé las mechas:

Las manos no para matar y pintar después de haber matado sino manos para pensar y para transformar y para construir viviendas flotantes y luego manos para crear la palabra y eternizarla para fijar los sueños humanamente soñados y construir historias y mentiras y poemas como pintando de varias maneras el sonido de su propia voz: el nacimiento de lo escrito.

- Ven por aquí, Javi, vamos a lavarte la cabeza.

Benditas peluqueras. Son como ángeles.

Thursday, May 22, 2008

Siempre


Confieso que la noche del viernes, a eso de las 23.00 -después de Al pie de la letra, sí. Sí. Uf-, sin mando a distancia como pretexto ni atisbo de pudor alguno, me quedé anclado mirando a Fernando Esteso apoltronado en el sofá pugilístico de Dónde estás corazón. Las pécoras de oficio querían zurrarle, claro. Lo de siempre. A él y a Pajares. Sangre. O mejor, que fuese él quien zurrase a Pajares. Pues eso, sangre.
No recuerdo haber visto ningún destape del dúo, ni sé bien ni me importa, la verdad, qué le ocurre a Pajares, o cómo han sobrevivido ambos después de caer en la desgracia del éxito efímero.
El caso es que allí sentado había un hombre de 63 años hecho puré, arrastrando palabras que parecían golpear el labio inferior hasta hacerlo temblar como gelatina. Solo. Abandonado, casi. Casi: Llevo unos años viviendo con mi madre, en un pueblecito de Murcia, en Águilas. Allí donde está una madre... siempre habrá un rinconcito. Cantamos jotas, una, la única que conocemos y, si recordamos la letra, sabemos que los dos podremos tirar al menos una semana más sin alzheimer...

Tuesday, May 20, 2008

Cazamariposas



Éste. Elegí el cazamariposas con mango de fibra de carbono y red de gasa de tergal. Sonó el móvil en el momento que tendía la tarjeta de crédito a la dependienta.

¿Si?

¿Josep Varela?

Sí.

Soy Marcos Pla, el gerente.


Me sentí ufano, pues nunca me había llamado nadie tan importante. El gerente.

Sí. Sí.

Ya no hace falta que trabajes para nosotros.

No... hace falta.

Ya no.

Y colgó.

Por la tarde quedé con Jenny. Bueno. Encontraré otra cosa, pensé. Jenny. No le diré nada, de momento. Teníamos grandes planes y el aire lleno de mariposas.

La esperé frente al conservatorio. Abrió la puerta del coche. Saqué del asiento de atrás el cazamariposas envuelto en celofán. Entró y se sentó pero no cerró la puerta:

Hola

Hola, Jenny

Hola

Tengo...


Miró el paquete.

Josep ...

¿Si?

Josep



Me sentía importante cada vez que ella pronunciaba mi nombre.

...

Ya no hace falta que me quieras.

Ah.

Ya no.

Monday, May 19, 2008

Las Causas


Ana (leer, leer), tan güerita y chistosa, me pasó ayer ésta de Jorge Luis Borges:

Los ponientes y las generaciones.
Los días y ninguno fue el primero.
La frescura del agua en la garganta
de Adán. El ordenado Paraíso.
El ojo descifrando la tiniebla.
El amor de los lobos en el alba.
La palabra. El hexámetro. El espejo.
La Torre de Babel y la soberbia.
La luna que miraban los caldeos.
Las arenas innúmeras del Ganges.
Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña.
Las manzanas de oro de las islas.
Los pasos del errante laberinto.
El infinito lienzo de Penélope.
El tiempo circular de los estoicos.
La moneda en la boca del que ha muerto.
El peso de la espada en la balanza.
Cada gota de agua en la clepsidra.
Las águilas, los fastos, las legiones.
César en la mañana de Farsalia.
La sombra de las cruces en la tierra.
El ajedrez y el álgebra del persa.
Los rastros de las largas migraciones.
La conquista de reinos por la espada.
La brújula incesante. El mar abierto.
El eco del reloj en la memoria.
El rey ajusticiado por el hacha.
El polvo incalculable que fue ejércitos.
La voz del ruiseñor en Dinamarca.
La escrupulosa línea del calígrafo.
El rostro del suicida en el espejo.
El naipe del tahúr. El oro ávido.
Las formas de la nube en el desierto.
Cada arabesco del calidoscopio.
Cada remordimiento y cada lágrima.
Se precisaron todas esas cosas
para que nuestras manos se encontraran.


(La imagen es de Pedro Meyer)

El que perdio



Pasó bastante más inadvertida, pero yo la prefiero con creces al celebrado e impulsivo Por qué no te callas que espetó meses antes a Hugo Chávez.
Quiero decir que, por primera vez en casi treinta años, sus palabras me conmovieron y hoy vuelven como sólo vuelve aquello que no se agota nunca. Ahora, aunque me salte a la torera el dictado de la moda, y quizá por eso mismo, deseo rescatar para siempre su mensaje naufrago.

Porque cuando aquella periodista insensata le preguntó a Don Juan Carlos sobre algo tan trivial como su pronóstico para la final de la Copa del Rey, contestó entre campechano y críptico un apremiante e involuntario: Tiene que ganar el que perdió. Me sobrecogió, mucho, el tono compasivo del monarca y, sobretodo, lo revolucionario de su mensaje -el anhelo de un orden superior-, que enterró de un palazo el manido que gane el mejor y recuerda, inevitablemente, a las bienaventuranzas. Tanto que soy incapaz de sacármelo de la cabeza. Por eso, cuando las cosas se tuercen y el tiempo pasa sin recompensa alguna, cuando todo pinta mal, ya sólo queda el coleteo esperanzador de una respuesta audaz frente al oprobio de la injusticia mundana: tiene que ganar el que perdió.

Friday, May 16, 2008

Picio el nomada


Tarde, de mal humor y todavía en pijama, busco al feo pero versátil Picio (mi nokia) -ornamento mejillonesco, arma arrojadiza, móvil autómata y despertador del tres al cuarto- que, según recuerdo, dejé cargando sobre el escritorio antes de acostarme. Lo encuentro, al fin, espanzurrado y sin sonido bajo la almohada:

Picio, tienes los huevos cuadrados. Macho. Que no son horas. Picio. Ya van tres esta semana.

16 de mayo


16 de mayo, cinco historias.

A todas las he querido. Las quiero mucho.

Wednesday, May 14, 2008

Dirimir, dirimir


Me dice: Escríbeme algo, cuéntame una historia dedicada sólo a mi... sí, lo soy, soy egoísta...

Tan teatral, ella.

Adorable egoísta, diría yo, por molestar.

Y así siempre.

Parecemos Pimpinela.

Brecha


Ni siquiera escuchas su explicación. Porque ya sabes todo. Ella, piensas, el orden natural de las cosas. La miras todavía. Y rezas a Dios y darías tu alma hecha jirones por que mintiese -miénteme, por Dios, le suplicarías si al menos consiguieras hablar-, por que diga que no lo hizo, que no, cómo iba yo... no... no, no ocurrió así.

(La imagen es de Rebeca Le Rumeur)

Monday, May 12, 2008

Otro yo


Encuentro un documento de hace nueve años en la carpeta de relatos viejos. Esa distancia temporal me permite cierta condescendencia, esto lo escribió otro:

No tengas miedo, gitanita mía,
que tu corazón todavía late,
y los sueños viven aún intactos.
No tiembles, no abandones el camino,
tús errores son parte del pasado,
el futuro
viene envuelto en rosas de cerezo chino.

No llores, bonita princesa, gitanita mía
que alguien ya te ha querido,
y la vida es hermosa,
no te preocupes, niña mía,
todo ha sido un sueño,
eres bella,
flor de nata, en mi alma descansas
ya dormida.

No pierdas la esperanza,
sabes que vuelves a nacer el día de tu cumpleaños,
que dos y dos son cuatro
y tienes algo que yo veo.
Ya no somos los de antes:
estúpidos e imposibles.
Aquél que llorando te ofrecía el mundo
ha muerto,
triste, solo y abatido.
Ahora yo, el otro, el mismo,
me he transfigurado, he aprehendido
que lo que yo siento es sólo mío.

No mientas, pilluela, gitanita mía
y no te equivoques más,
los pecados y las faltas están perdonados.
Alza el vuelo, palomita, no mires atrás
lo que has vivido ya es pasado
y la sonrisa de Dios abarca el futuro.

No te pierdas, gitanita, suya, otra vez,
Ni te olvides del camino,
Te has de encontrar a ti misma,
descubriras tu voz cuando me haya ido.
Por eso hoy te digo
Que no tengas miedo,
que no llores,
que pase lo que pase mi amor ha sido tuyo,
que alguien te ha querido.
Por eso escribo esto,
la última vez que yo te escribo.

Ternura


- He de irme. Si no...

- Bueno, ve.

Sunday, May 11, 2008

Otoño


Otra vez. Otoño. Pensaba eso tendido en la cama. Cielo azul anaranjado blanquecino, húmedo. Y el incienso que le hacia volver a otra parte, tan indefenso. Debería haberle pedido a Ana, Ana, por favor, hoy no pongas incienso. Ana. Sacudido por un olor, vulnerable, mirando al techo. Los recuerdos son un lugar solitario, pensaba. Y el presente también: otoño. Se arrugaba y caía, en otoño, dibujando una espiral en el aire, hasta el suelo. Como las hojas. Vulnerable.
A su edad no debería ser uno así, pensaba. Tan vulnerable. El cono de incienso prendido en el salón: el olor dulce que sabía a Claudia pasándose la barra de labios, el vestido negro de muselina flotando en el espejo, tus manos doblando una hoja de papel. Y él que volvía atrás -solo- a sus recuerdos. Vulnerable. Un dulce hilo de humo.

Una (posible) definicion de artista



Catita
conoce la pintura. También intuye la complejidad del arte.

El tío Javi es un artista, ¿eh, Catita?

Oh, sí, papi, Javi es un artista.

...

...

¿Qué es un artista, Catita?

El que limpia los dientes, papi.



(En la imágen una obra del limpiadientes británico Damien Hirst)

Saturday, May 10, 2008

He sido tan feliz contigo



A veces sueña con tu alegría mi melodía,
a veces sueño del aire que nos caemos,
qué es lo que iba a decirte yo...

A veces sueña con tu alegría mi melodía
en esas noches que escribo sólo pretextos lo que quiero decirte amor,
es que he sido tan feliz contigo.

Tal vez porque esta noche no vaya a ser lo que se dice
una noche inolvidable... no por ti,
la culpa es mía por fingir que todo me da risa
y que la culpa es de la prisa o es del frío, pero vamos...
que yo sé que es culpa mía.

Que curioso es el silencio... no sé qué es lo que es,
pero hay algo en nuestras vidas
y en esta noche yo enloquecería
si al amanecer te fueras sin haberte dicho:
que yo he sido tan feliz contigo

A ver si sueña con tu alegría mi melodía,
a ver si sueño y te agarras que nos caemos,
o que ese sueño me apague el sol,
si yo no he sido tan feliz contigo.

Contigo...

Yo puedo hacer que traiga la noche media luna fría,
puedo fingir que no te he visto,
pensar que no soy lo que querías pero con todo te lo digo:
yo he sido tan feliz contigo... yo he sido tan feliz...

A veces sueña con tu alegría mi melodía,
a veces sueño del aire que nos caemos, a veces sueña mi sueño, amor

A veces sueño que no amanece, que nos perdemos,
y un firmamento de estrellas me da el aliento,
que lo oiga el mundo entero y lo escuche Dios:

yo he sido tan feliz contigo


(Alejandro Sanz)

Friday, May 09, 2008

Un sueño


La mentira y la realidad son una. Todo puede acontecer. Todo es sueño y verdad. El tiempo y el espacio no existen. Y sobre la frágil base de la realidad, la imaginación teje su tela, y diseña nuevas formas, nuevos destinos.

(August STRINDBERG, de Un sueño).

Miraste hacia otro lugar



Reincidiendo en nostalgias. Ayer tocó Shuarma en Pamplona. No fui. Hoy (te) recuerdo Azul.

O tú o yo, o tú o tú

(En el vídeo Shuarma con Elefantes, en concierto)

Thursday, May 08, 2008

Con aquella


Cada mañana, charlaba con la abuela sentado en su cama:

Abueliña, abueliña, qué ollos máis grandes téis.

Se echaba a reír y, todavía con lagrimones, me cogía de la mano:

Cuando veo dibujos en los periódicos me acuerdo de ti.

Las palabras recorrían extraños vericuetos a la velocidad de la luz, entre el pasado y el presente, pero siempre acabábamos igual:

¿Sigues con aquella rica?

Sí. Me quiere mucho.


Ella sabía que yo mentía. Yo sabía que ella sabía que yo mentía. Ella sabía que yo sabía que ella sabía que yo mentía.

Me alegro. Chasqueaba la lengua. Un parche siempre arregla un descosido.

(La viñeta, del genial Chumy Chumez)

Claro que te quiero


Le daba la espalda sentado al borde de la cama pero la veía a través del espejo del armario. Se había puesto una de sus camisetas y le acariciaba la espalda por debajo del niki.

Dani

Qué.

Por qué no me quieres.

Claro que te quiero.

Ya. Pero no digo así.

Duerme. Se hace tarde.

Ella apartó la mano de su espalda y se tumbó de costado, mirando al otro lado. No tardó en quedarse dormida.

Entonces se levantó y la arropó. Bebió un vaso de agua con la pastilla. Se desvistió y apagó la luz y se tendió junto a ella posando con suavidad el brazo sobre su cadera.

A todo



Me explica lo mucho que le cuesta estar a todo al mismo tiempo: balances, empleados, sueldos, facturas, pedidos, reuniones, llamadas, entrevistas. Familias enteras, suspira, dependen de su gestión. Y ella -su vida- y los niños que le mantienen a flote. No descuidar nunca a los amigos. Le cuesta, me dice, a veces lo consigo. Sólo a veces. Y eso me come por dentro.

No te fustigues, hombre. Te entiendo bien, le digo. Me pasa lo mismo. Y añado una palmada cómplice en el hombro. Venga, eh. Nos despedimos.

Mientras se aleja -tiene mejor cara de espaldas-, me pregunto si algún día, si algún día, seré capaz de comer palomitas y enterarme de una película al mismo tiempo. Patatapatatapatatapatatapatatapatata.

Wednesday, May 07, 2008

Con tacto desde Atlanta. Cartel numero 4


Enhorabuena, Miguel Angel. Como diría Allendegui, hay que hacer camisetas.

Y se harán. Se harán. Vaya.

Aquí
, la historia del cartel oficial de las fiestas de San Fermín 2008.

Tuesday, May 06, 2008

¿Quien teme a los malos?



El señor de los Anillos
. Emerge, de un pandemónium de fuego y humo, Mordor. Papá, ensimismado, que se inclina en la butaca y señala aquello como si estuviese aquí mismo, en el cuarto de estar, y no atrapado en la pantalla del televisor. Sale de sus pensamientos e intenta retomar el hilo de la película:

- Esa... es la casita de los malos, ¿no?

Se acabaron la Tierra Media, Tolkien, el anillo, los Bolsón, Jackson, demás Hobbits, Golum, Gandalf y la madre que los parió a todos. Al cuerno.
Prefiero mirarle a él, que retoma su posición de origen, acurrucado en la butaca y entrelazando los dedos de las manos sobre el pecho. Un genio de ojos límpidos, la casita de los malos. El universo se vuelve un hogar cálido y benevolente, sin fisuras.

Vuelvo al televisor, pero sólo puedo imaginarme ya al gruñoncete de Sauron preparando una barbacoa con piñata en el jardín de su casita. Para sus amigos.

Monday, May 05, 2008

La unica magia que he conocido, le dijo, es eso que sucede entre tu mirada y la realidad



Y la magia no se agota nunca.

La magia.

Podría empezar así, con un flashback:

Te acostumbras a alguien. Está y te acostumbras. Te acostumbras a sus coletas, a que tape la pantalla del ordenador cada vez que te acercas. Te acostumbras a cosas pequeñas. Te acostumbras a verla de diferentes maneras.Te acostumbras a la manera en que dice tu nombre. Te acostumbras a llamarla por su nombre y a que se de la vuelta y sonría.


Estoy sentado en el tejado con Puppy. Desde hace nueve meses vemos pasar las panzas plateadas de los aviones -también hemos divisado dos globos aerostáticos, una cometa, miles de gorriones, golondrinas, siete grajos, un paraguas, cuatrocientas treinta y dos palomas (alguna mensajera) y tres cigüeñas enormes procedentes de París. Tengo apuntadas estas y otras incidencias de nuestra pequeña parcela aérea en el cuaderno de tapas negras-.

Qué raro se piensa todo desde aquí arriba, un ovillo en el tejado, el cielo inmenso patas arriba. Pesa Chile. No pesa si eres feliz. Feliz. Y esa bendita loküra.

Ahora observo la luna globo colgada de un telón de estrellas y pienso que el mismo fulgor velará tus sueños esta noche. Observo la luna de bambú absorto mientras Puppy relata de nuevo la historia de cómo construimos una embarcación con cáscaras de nuez. Un arca para cruzar el océano del tiempo, la distancia infinita de la memoria.


(A sus veintiséis. Qué nervios)

Friday, May 02, 2008

El olvido



en la otra orilla de la noche
el amor es posible

-llévame-

llévame entre las dulces sustancias
que mueren cada día en tu memoria


(Alejandra Pizarnik. El dibujo también es suyo)

Thursday, May 01, 2008

Procopio



Resuella cuando la luz del sol salpica su rostro de tez macilenta, enjuto y granujiento. Mírale, ahí va, se le reconoce a distancia kilométrica por los andares de ganso atolondrado, el cuerpo con forma de berenjena bamboleándose bajo un cuello gomoso y arrobado. Poncho beige. Besugo enfermo con ojos de sémola, nariz pollina. Calvo. Su aliento cebollino dejaría en jaque a una manada de elefantes. Le chirrían las extremidades -flaquitas, cartilaginosas- despidiendo un tufo cetrino a arenque y mostaza. Cuando intenta hablar asoman los tres dientes garrapiñados e, incapaz de pronunciar las erres, balbuceaba -y mejor así, pues su conversación sinsorga discurre por parajes grises de tedio y melancolía-. No canta, grazna. Flatulento. Cenizo. Raro. Gorrón. Huraño. Mastuerzo. Bobalicón. Taciturno. Pesado. Las mujeres le toman por el pito del sereno y los hombres le escrutan al pasar como a un animal de granja. Olvida las fechas de los cumpleaños, nunca llama por teléfono, ni responde a las llamadas. Apenas sale de su caverna de usurero donde relee, espanzurrado patas arriba sobre la basura desparramada, el único libro que conoce: Once minutos, de Paulo Coelho. Me gusta Procopio porque, a pesar de todos mis defectos, dice que soy su amigo.