El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Thursday, May 31, 2007

Me alegra haber hablado de todo esto


Esta mañana, he estado con Luis Badosa por última vez, al menos como alumno. Después de cuatro meses pintando con los cojones y el corazón bombeando óleo sobre la paleta, sé lo que piensa de mi trabajo. Al verme, se ha acercado y me ha cogido del brazo, venga, venga, y me ha conducido al despacho donde guarda, amontonados, algunos de sus cuadros. Había un par de paisajes del Pirineo Catalán que rozaban la abstracción, mire la textura... más sutil que la suya, claro; usted es un maestro de la materia. Y, como regala elogios, también ha dejado caer un consejo envenenado para que pueda ganarme los garbanzos: intente no agredir al espectador con su fuerza, busque el equilibrio, ¿ve usted lo que le quiero decir?

Luego le he entregado el monográfico sobre Van Gogh en Arlés y hemos charlado durante casi una hora de lo que significa ser pintor.

Para ser pintor no basta la técnica; hay que involucrarse y buscar la autenticidad. Entregarse, en fin.

Y así nos despedimos:

Muchas gracias, Luis.

No, a usted, me alegra haber hablado de todo esto. Me alegra que usted lo haya entendido.


He salido de la clase con la cara pintada, el maletín en una mano y la paleta en la otra. Por el pasillo he pensado en eso de ser pintor: buscar la autenticidad, entregarse, involucrarse.

Y he jugado a sustituir el verbo pintar por el verbo vivir.

Soledad en alguien


Qué soledad esa de pensar en alguien que no piensa en ti.

Excepciones, pero hay


Desde hace algunas semanas, los clichés clásicos del casi licenciado campean a su libre albedrío por los pasillos de la facultad: Cómo pasa el tiempo, qué agobio, quiero que se acabe ya, qué voy a hacer con mi vida, yovoyacerunmaster.
Parece, por momentos, que la vida se reduce a eso: a vivir en la zozobra de futuros inventados. Como si realmente existieran.

Yo no soy más listo que nadie, así que también rumio y verbalizo esos latiguillos.

Pero hay excepciones, problemas únicos.

Ayer, por ejemplo, en la sala de ordenadores:

- Javiiiiiii, ven, correeeeeeeeee -en voz baja, gesticulando-.

Corro, por supuesto (Tap-tap-tap-tap-tap).

- Dime, Leire. A ver...

- ¿Has visto qué pone el Word cuando escribo mi apellido?

- ...

- Mira, tecleo OLCOZ y se cambia por...¡LOCOS!... ¡¡¡L-O-C-O-S!!!


Hoy, Leire no viene a la facultad.

Y se nota.

Wednesday, May 30, 2007

Mil vidas


Me gusta una expresión de Iñaki: Si viviese mil vidas, a ella le dedicaría una.
Me gusta, pero cuando intento repetirla sólo me sale: Si viviese mil vidas, a ella se las dedicaría todas.

De


Peter me ecarga que cuide de Puppy.

Estoy contento.

Señales


Me dijo el año pasado: Javi, deberías escribir todos los días.

Cada noche me preguntaba: ¿has escrito algo?

Y yo, siempre lo mismo: No he tenido tiempo. Mañana.


Ayer, empezamos a ver House. El cinismo del doctor nos relaja, tanto que Marta se quedó dormida, hecha una madeja en el sofá.

Yo miraba a Marta y, a ratos, el televisor.

¿Y ahora qué? Tú que siempre has estado. Ahora qué.

Ella se acurrucó.

Marta.

Sólo silencio.

Busqué una señal en el móvil:

¿Qué tal, Javi? Me acuerdo de ti. Ya estoy en Barakaldo

Tuesday, May 29, 2007

Bogart, hombre


Insisten: Javi, deja de fumar. Piensa en Bogart, hombre.

Pero el estanquero me lo pone difícil:

- Un paquete de Chester, por favor.

- Aquí tienes, guapo.

¿Quién podría renunciar a esa forma de expender?

Ah...


Poco a poco, la facultad se va desalojando y apenas da tiempo a darse cuenta. Yo prefiero hacerme el despistado cuando empiezan las despedidas:

Cristina, ¿Vienes la próxima semana?

No, sólo me queda un exámen... el 14...

Ah...

No sé si nos veremos ya por aquí. Dicen que hay cena el 15, ¿irás, no?

Claro.


Pero sé que no voy a ir a esa cena.

Hasta el 15.

Eso.


Y comprendo que quizá ya no nos volvamos a ver nunca.

A veces


En Burgos:

Y qué haces tú, cuéntame...

Ya me has visto los dedos. Azules. Pinto...

No sé... tú dices que pintas...

Es cierto. Lo digo. Pero es verdad, pinto.

¿Todo el día?

Bueno, también dibujo; soy... ehm... ilustrador...

Pero eso... es casi lo mismo... me refiero a otra cosa...

... me pagan por "eso"...

...

A veces escribo...


P.D: El brazo que pinta es mío -para los escépticos/as- y la foto, de Marta.

En busca de sentido 7. Cada dia un dia menos


El sábado 26 de mayo, mi inquilina, la naranja de Valencia, cumplió cinco meses -aunque nos hablamos desde hace cuatro: tú qué-.

No pudimos pasar el día juntos, como hubiésemos querido los dos; yo estaba afaenado, de boda en Burgos. Quizá, por eso, a la naranja ya no le gustan las bodas, para qué casarse, para qué. Para qué.

Intento explicárselo, para qué. Pero es dura de gajos.

Tampoco me dió el tiempo siquiera para dedicarle un post cortito, qué menos, hoy me lo echa en cara. Y tiene razón, qué menos.

El tiempo nos separa y hay que aprovecharlo. Cada día es un día menos:

¿te vas a Madrid de veras?.

Creo que sí. Creo.

Tendrás que llevarme.

Y aunque le digo que sí, los dos sabemos que es imposible. Que lo nuestro, en diez días, sólo seran recuerdos.


P.D: Esa luna podría ser la luna de Valencia.

Monday, May 28, 2007

Miedos


Al hacer la primera comunión, mis padres me regalaron una bicicleta de carreras BH, plateada, con plato grande y tres cambios. Quería ser ciclista, como José Luís Laguía.

La bici y yo no éramos seres perfectos así que, cuando me estampaba, iba a repararla a Ciclos Goñi. El dueño tenía el pelo revuelto, un mono azul del que colgaba un trapo de gamuza, cara de gente –siempre salpicada de grasa- y gafas de culo de vaso. Cuando entraba la bicicleta al taller, él achinaba los ojos para revisar los daños. Su rostro enrojecía:

- Pero… mira, serás... desgraciado, joder, ¿cómo has podido romper el cambio de marchas? Animal. A-N-I-M-AL.

Daba igual que se tratase del cambio de marchas o de un pinchazo, siempre me caía una filípica. Salía escaldado. Empezaron los miedos y luego las mentiras:

- Es que... mire, mi… mi hermano se ha caído y... en el parque. Bueno, lo siente, dice... ese desgraciado.

Sentir que se siente


Cerveza con Nahia. Me cuenta:

De pequeños, mis hermanos y yo mirábamos por la ventana del cuarto de estar. Nos preguntábamos si merecería la pena lanzarse para sentir qué se siente al volar... aunque fuese sólo un instante.

...

Un día se lo comentamos a nuestros padres...

...

... sí...

...

Pusieron un tope en la ventana... Peter Pan ha hecho mucho daño, Javi...

Bastante...

Steveyo


También tengo algo en común con Steve McQueen.

Fue Peter quien me pasó la biografía del Che.

Aquel armario se parecía a Batista.

Y Marengo, a Sierra Maestra.

Sunday, May 27, 2007

Se quieren


Una buena historia, dos protagonistas: Carlos y Verónica.

Y eligieron El Cantar de los Cantares:

Grábame como un sello sobre tu corazón,
como un sello sobre tu brazo,
porque el Amor es fuerte como la Muerte,
inflexibles como el Abismo son los celos.
Sus flechas son flechas de fuego,
sus llamas, llamas del Señor.
Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor,
ni los ríos anegarlo.


Sí. Se quieren.

Un cuento


En Burgos.

Me cogió una mano:

Tienes las uñas azules...

Claro... porque pinto.

Pintas con los dedos, como los niños... eres un niño.

Cuéntame un cuento en inglés...

¿Tiene que ser en inglés?

Quiero que sea en inglés...

Te puedo contar el del huevo que quiso trepar por una pared y se cayó...

¡Ese!

Friday, May 25, 2007

Irrefutable



Le estaba enseñando unas fotografías.

Me miró y dijo: la quieres.

Thursday, May 24, 2007

Billiyo


Bill Gates y yo tenemos algo en común.

Y no es Albuquerque.

Nueva York


Ayer estuve en Nueva York. Viajo a Nueva York de vez en cuando.

Leire: Me gustaría vivir en Manhattan, un año o así. Más no.

J.: Eso. Más no. Pero yo prefiero Brooklyn.

Eso fue todo. Un viaje relámpago.

Wednesday, May 23, 2007

Sin chamarra


Un niño llora porque le han robado la chamarra en el Ciber. Sale a la calle con la cabeza gacha y, al rato, vuelve con su padre.

El padre: ¿Dónde la tenías?

El niño (llorando): Ahí, debajo de la silla...

El padre: ¿Me quieres decir que estabas sentado encima?

El niño (Con el gesto descompuesto): ...sí...

El Padre: ¡Pero tu eres tonto! Eso es como si te robasen los calzoncillos y no te dieses cuenta.

El padre sale de Ciber dando zancadas. El niño le sigue, encogido, metiendose las manos por debajo del pantalón

Cuaderno de artista


Pasé la tarde, la noche y parte de la madrugada del sábado cortando toda clase de papeles para fabricarme un cuaderno de artista. A buenas horas. De fondo, el run run de la pachanga: Mutilva Alta en fiestas. Horror Bisbaliano; y la sexagenaria chica ye ye, yeyeándome los tímpanos, entre los polvos polveros de Hombres G y la camisa revenida de Juanes. Decía que cortaba -de rodillas, en el suelo- y, cuando el hombro no podía más, me encaramaba a la silla, frente al ordenador y empezaba a escribir, o a escudriñar en blogs ajenos.

Entré en Eresfea, pero debí de hacerlo con la mano izquierda. Porque me retuve en escritores estadounidenses y en mi hambruna literaria -eresfea nunca falla- no supe leer nada más.

Al rato volví a entrar -para recordar cómo se escribía Michael Chabon- y con más calma digerí el meollo, una cita del escritor:

Si alguien todavía es capaz de comprender las razones que le indujeron a amar a una persona en un determinado momento de su vida, es que sigue enamorado de ella; un amor extinguido es siempre absolutamente incomprensible.

Pasé la tarde, la noche y parte de la madrugada del sábado dándole vueltas a la cita de Chabon, con los tímpanos bamboleando, mientras cortaba toda clase de papel.

Hasta que el filo del cuter se deslizó por mis dedos.

Un poco de leche caliente


El taxi nos dejó a la puerta de casa. Con el ruido del motor se fueron encendiendo las luces, de arriba abajo, hasta la bombilla desnuda del patio, sobre el dintel de la puerta de la entrada. Quedaban todavía dos horas para que amaneciese. La abuela salió abrazándose con la bata. Hacía fresco.

Abuela María dijo: Me habéis hecho la mujer más feliz del mundo. Si me hubieseis avisado habría comprado algo de comer. Tendría todo preparado. Las camas hechas...
Dejamos las maletas en el pequeño comedor.

La abuela sacó de la despensa un bote de Cola Cao y calentó una jarra de leche.

Hace más de veinte años.

Puedo paladearlo, todavía caliente. Nunca he tomado nada más bueno en la vida.

Pasan


De vez en cuando, Enrique –con la sabiduría que confiere el patxarán- pronunciaba frases memorables, como esta: A medida que se acercan los exámenes disminuye la presión.

Estoy en esa fase de abulia: como y duermo; intento hacer cosas – alguna vez lo consigo-, me escabuyo del dibujo con cualquier excusa. Por dentro, la presión se transforma en angustia determinista: será, ¿qué?, yo qué sé, lo que sea.

Pasan los dias. Pasan. Cada vez más deprisa. Ya no los veo: tan rápidos pasan.

Pero en el último curso, lo peor no son las entregas o los exámenes, si no la tormenta de decisiones que está por llegar, que ya ha llegado.

Hoy me zampo la abulia.

Lo que sea, será.

Pero haré porque sea.



P.D: Leo, a través de Mónica: NUNCA pasa nada, y si pasa ¿qué importa? y si importa ¿qué pasa?

Tuesday, May 22, 2007

Neverland



Ella: Era totalmente ingenua cuando me casé contigo. Me imaginaba que... los grandes genios desaparecían en algún... lugar secreto donde las ideas revoloteaban como las hojas otoñales... y tenía la esperanza, o al menos la tuve, de que me llevarías contigo.

Él: No existe ese lugar.

Ella: Sí que existe: El País de Nunca Jamás. Es lo mejor que has escrito jamás, estoy segura de que Davids van a adorar el mundo que has creado para ellos, ojalá pudiera formar parte de él.

El: Quería que estuvieras, lo intenté, Mary. Siempre imaginé que emprenderíamos grandes aventuras una vez juntos. Pero vinimos a esta casa y tu empezaste, no sé, a cambiar los muebles de sitio.

Ella: ¿Qué quieres que diga, James? Nunca estabas.

Él: Estaba aquí mismo.

Ella: Estabas sentado en tu estudio, con la mirada fija en otros mundos, como si yo no existiera.

Después de transcribir este diálogo de la película Finding Neverland, llamé por teléfono a Leyre. Y me dijo, sin yo saber muy bien por qué:

Te imagino encerrado, rodeado de libros, con tus gafas; leyendo y escribiendo y fumando siempre.

Monday, May 21, 2007

Con paz de espiritu


El dieciocho es un número aburrido para un asiento en el autobús. A mi izquierda, un hombre flaquito toma apuntes, encorvado, de una enciclopedia de aves.

Naroa pasa a mi lado, con un pañuelo rosa en la cabeza, camisa de tirantes, a rayas de colores, y pantalones vaqueros:

¡Javi!.

Naro. Hola, Naro.

Anda Javi, siéntate conmigo, porfa.

Per... Pero...

Vengaaa...

Y voy.

Conozco a Naroa desde hace diez años. Es mi amiga. Una de las mejores.

Nos sentamos y ella rebusca en el bolso un paquete de chicles, lo compré ayer, dice. Empieza a sacar de ahí dentro todo tipo de bártulos: el botellín de agua, Kleenex, la agenda, un par de carteras, calcetines. Naroa es "la chica complementos". Se descalza y se recoloca a lo indio, a ver.

Salimos de la estación. Me dice que va a volver a Pamplona, que está cansada de Bilbao. Ocho años son muchos, una larga temporada. Asiento.

Pasamos el peaje, me mira:

Javi, ¿cómo es tu Dios?

¿Qué... qué?

Qué cómo es tu Dios.

Per... a ver... no me... Naroa

Venga, dime.

Vuelvo la cara al otro lado, esto ahora no. Naroa y yo tendemos a discutir.

¡Javi!

Pueshm, mi... Dios, bueno... ehm... Dios, el único Dios que hay...Dios es Amor... dice San Juan –y digo eso bajito, lo de San Juan, para no parecer un predicador. Estoy tentado a nombrar la encíclica de Benedicto XVI, Deus est Caritas, pero me callo-.

Bien. De acuerdo, empezamos bien. ¿Y cómo es?

Pues... es... Es el que Es. Jesús dijo que el que le conoce a Él conoce al Padre. Lee el evangelio... y sabrás... no sé... lee...

Eso lo dijo Jesús de Nazaret... y en el evangelio no está todo.

Y... Jesús es Dios -sudo-... hecho Hombre... y sí, sí está todo en los evangelios. Jesús es Dios.

Eso, explícame lo de la Trinidad, porque eso es lo de la Trinidad, ¿no?

Lo de la Trinidad es muy complicado –y yo no quiero soltar herejías en el autobús-.

Eso es que no te lo han explicado bien. No sabes.

Me irrito. Un poco.

A ver, Naroa, no soy teólogo. No puedo explicarte eso bien. Si quieres, te recito el credo... no sé, ¿quieres? Pero no soy un cura... me ves... no soy...

Todas las religiones son iguales, Javi. La Cábala, el islamismo y todo lo demás...

Eso no. La idea de Dios es diferente. El trato con Dios es diferente. En el catolicismo, Dios es padre y eso es un escándalo para otras religiones. A Jesús le crucificaron por llamar a Dios, Abba, Padre. Entre otras cosas. Y es un Dios personal... a la hora de orar... no es un ente... ¿sabes?...

¡Iguales!

La mujer que está sentada delante de nosotros se gira, lleva en el cuello una almohadilla inchable. Nos mira con candor:

La conversación que tenéis es muy bonita, pero tratad de llevarla con paz de espíritu.

Se vuelve. Naroa se ríe. Me gusta cómo ríe Naroa.

Javi, tenemos que montar juntos un estudio de pintura para críos... en Pamplona...

... sí...

La bella muchacha que leia Ana Karenina


Miré al asiento de la derecha, al otro lado del pasillo, trepando con los ojos desde el suelo:

Llevaba zapatos naranjas con hebilla, medias verdes -las piernas cruzadas-, falda de ante color siena y la camiseta de un lila muy claro. En sus manos, Ana Karenina, de Leon Tolstoi.

Y ya no me atreví a subir más.

Sunday, May 20, 2007

Mirar Mirad


Pensé qué pensaría Paul Cezanne de todo esto, tanta gente bajo la lluvia, haciendo cola en el el Musée Granet, de Aix- en Provence, para ver sus manzanas -¡manzanas!-, cien años después de muerto. Lo mismo pensé en Ámsterdam, mordiéndome las uñas en la cola del Van Gogh Museum, mientras repasaba la zozobrante biografía de Vincent Van Gogh.

Para qué pintar; a dónde lleva esta pasión inútil
. Qué es, pensé. Qué es. Magia o mentira, genialidad o locura. Y me lo preguntaba siendo yo pintor, o aprendiz de pintor, para qué.

La respuesta, ahora lo sé, palpita en la mirada del que contempla.

Para el pintor queda la incertidumbre.

P.D: También sé que Jose Castiella es un genio. Hace magia. Mirad bien el cuadro. Y veréis.

Amor para cobardes


El amor platónico es para cobardes.

Hoy seré muy cobarde.

¿Mañana?

Mañana nunca se sabe.

The Beatles en el Shea Stadium solo para Dulcinea



Dulcinea: J.,entre nosotros, los Beatles en directo debían de ser un petardo...

J.: Eso es verdad, Dulcinea. Pero sólo en parte, o sea, que es una verdad a medias. Por eso dejaron de hacer giras, por eso y por Imelda Marcos y porque estaban hasta las narices de ser cuatro peleles. No porque fuesen malos en vivo, que a ese paso hubieran acabado siéndolo, si no porque bajo los aullidos desesperados de las jovencitas -y jovencitos, también- era imposible oir nada, ni si quiera los acordes que tocaba el que estaba al lado. Ringo decía que para llevar el ritmo con la batería tenía que fijarse en los traseros de los otros tres.

La gente no iba a escucharles, si no a verles.


Cuelgo unas imágenes en el Shea Stadium para tí. Impresionan.

Saturday, May 19, 2007

Sgt. Peter's Cave Canem Hearts Club Band


Recuerdo el primer comentario de Peter en El Canódromo. Fue en octubre, a una entrada brevísima:

Todo pasa. Incluso El Viento Sur.

Y Peter dijo:

Suena al Eclesiastés...

Aquella puya dio lugar al siguiente axioma: Peter me lee, luego escribo.

No miento si digo que este blog, en gran parte, se debe a él.

Y hoy es su cumpleaños.

Feliz cumpleaños pragmatico para un zurdo que me sufre




La amistad es sufrimiento, sí. Que se lo pregunten si no a Carlos:

A ver, Carlos, díganos, por favor, ¿qué es la amistad?

¿Quiere que responda sinceramente?

Sí, por favor...

Ehm... ¿se refiere a mi amistad con el artista, no...?

... a esa misma... recuerde que estamos en su blog, ¿eh?...

Ahm, en su blog, dice, ehm... UNA CRUZ.


Cuántos años lleva sufriéndome, este Job pragmático del tercer milenio, tal cual soy: artista, vago, payaso y una ristra de adjetivos que él emplea a destajo y omito aquí por simple decoro.

Y yo a él también, claro. Tal cual es. También omito.

Porque Carlos y yo nos conocemos bien desde hace tiempo, mucho, y sabemos que cojeamos los dos de ambas piernas – el, encima, es zurdo-. Nos conocemos y, a pesar de todo, aguantamos todavía firmes el pulso de esta guerra de nervios.

Pero no sólo aguantamos. Nos queremos. Tanto como para apostar el todo por el otro, aunque sepamos de antemano que la próxima carrera esté perdida.

La amistad es sufrimiento.

Y otras cosas.

Pero a esas habría que dedicarles un blog entero.

Historia breve de un breve pero intenso romance



Después de diecisiete días de vacaciones en Costa Rica, tuve que trabajar en Sanfermines para cubrir, al menos, parte de los gastos del viaje.

Así que me enrolé en la consigna de la plaza San Francisco. Como solicité tarde el empleo, sólo puede aceptar el horario nocturno, de once de la noche a siete de la mañana. Pero no me arrepentí, de hecho, creo que fueron los mejores Sanfermines que recuerdo.

La situación estratégica del emplazamiento, en el centro mismo de la fiesta, me permitió conocer a una galería variopinta de personajes de todas las esquinas del planeta: músicos, caricaturistas, vendedores, fakires, mimos, malabaristas, predicadores, carteristas, timadores, borrachos, yonkis, pirados, travestis... pero en general, más o menos ebria, la gente que dejaba allí sus pertrechos, era simpática y amable.

Entre los compañeros nos llevábamos muy bien, tanto que –incluso- las noches en que librábamos, nos pasábamos un rato por el local para arrimar el hombro. Además, creamos turnos para dormir en los sofás y cubríamos las espaldas de aquél que recibía alguna visita inesperada de la novia o los amigos. Si algún sujeto arremetía en el mostrador contra uno de los nuestros, salíamos disparados en su defensa.

Sin duda, las noches más largas fueron las del fin de semana. Las colas bordeaban la plaza San Francisco y, con el paso de las horas, acababan replegándose en espirales perfectas. No parábamos de mover mochilas y maletas de un lado para otro. Hubo momentos en los que más de veinte personas se agolpaban en el mostrador con sus equipajes, euros, carnés y pasaportes. Sólo en esas ocasiones rozamos el colapso nervioso. Sin embargo, de la peor aglomeración, surgió la imagen preciosa de una chica preciosa de Carolina del Norte, sonriéndome mientras cantaba, con voz muy dulce:

Baby don't worry about a thing
'Cause ev'ry little thing gonna be alright
Singin', "Don't worry about a thing,
'Cause ev'ry little thing gonna be alright."


Bob Marley, Three little birds.

Friday, May 18, 2007

Humo


Desayuno con mamá. Es divertido, pero hay que tener los reflejos bien despiertos porque es gallega y, como tal, de verbo ágil y humor enrevesado:

Tengo que ir a Madrid a buscar trabajo.

¿Te vas a ir a vivir a Madrid?

Es posible…

... no caerá esa breva...

... pero... mamá, madre... yo, yo que pensaba que… ibas ehm… a decir: no, Javi, no, tú quédate...

... bueno, bueno… tal vez diría eso si algún día dejases de fumar...

Zorba y La Taverna, ¡Sirtaki!



Nunca olvidaré la interpretación de Anthony Queen en Zorba The Greek. Tampoco la noche en que John trató de enseñarme los pasos de este baile en La Taverna, un garito lleno de inmigrantes en Atlanta donde no existían credos, ni razas, ni falta que hacía. Sólo una legión de chicas con minifalda y sandalias dispuesta a reventarte el corazón, si tentabas la suerte al ritmo de sus caderas.


P.D1: La escena es memorable.
P.D2: Mi corazón salió ileso.

La verdad


Releo Cartas a Theo, de Vincent Van Gogh. Theo era su hermano mayor, marchante y alter ego; o mejor, la otra cara de la misma moneda. Entre ellos surgió una profunda relación epistolar que perduró hasta la muerte del artista - a Theo lo mató la pena tan sólo unos meses después-. Los enterraron juntos.

Impresionan tanto la capacidad literaria como la sinceridad y hondura de las cartas, que dejan el alma de Vincent en carne viva:

Después está el otro haragán, el haragán a pesar suyo, que vive roído interiormente por un gran deseo de acción, que no hace nada porque vive en la imposibilidad de hacerlo, puesto que está preso en alguna cosa, porque no tiene lo que necesitaría para ser productivo, porque la fatalidad de las circunstancias lo reduce a ese punto; un haragán así no sabe siempre él mismo lo que podría hacer, pero lo siente por instinto; por tanto, sirvo para algo, siento en mi una razón de ser; sé que podría ser un hombre por completo diferente: ¿en qué podría ser útil?, ¿en qué servir?, ¿hay algo dentro de mí?, ¿qué es, entonces?

El relato conmovedor de un Ulises sin Itaca, Penélope ni Argos que le ladre. Un viaje en busca de la propia identidad marcado por los fracasos y una terrible certidumbre:

Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él.

La verdad, para el que se atreva a leerla. El mito ya lo conocemos.

Thursday, May 17, 2007

¿Ve usted lo que quiero decir?


Ayer por la tarde, Badosa me confundió con otro. Resulta que decidí volver a trabajar en el primer cuadro –en el que me había quedado varado-, así que lo coloqué en un caballete y empecé cubrir la parte de abajo, intentando construir Dublín, o –mejor- la sensación que me provoca la vista de los tejados de Dublín.

Una hora después ya había puesto todo patas arriba y volvía a verme atrapado en el mismo punto sin salida. Así que decidí consultarle a Badosa.

Me acerqué a su rincón, junto al despacho, donde pinta en clase como uno más de los alumnos. Estaba retocando un manojo de nubes fuxias que se deshacía en el naranja fosforito del cielo. Me coloqué detrás de él:

- Luis, por favor, podría,... por favor, mirar...

Dejó el pincel junto a la paleta. Le señalé mi cuadro. Se acercó balanceándose. Lo miró con ojos de piedra pómez. Sólo salvó el cielo, calificando el resto de caos - con Badosa paso de genio a gañán con suma facilidad-. Dijo algo sobre la luz, el color y la materia. Luego me cogió del brazo y me llevó hasta otro caballete en el que había un cuadro huérfano:

- Mire, su compañero también pinta con los cojones, ¿ve lo que le quiero decir? Pero uno no se puede confiar, claro, porque el resultado, a veces, ya ve, no es del todo bueno. Aquí falta trabajo, ¿ve lo que le quiero decir?

Miré el cuadro lívido y después la espalda de Badosa, que volvía balanceándose a su rincón. No dije nada.

Aquel compañero que pintaba con los cojones, con un resultado no del todo bueno, también era yo.

Sin largo


Día sin café en el desayuno. Esto se va a hacer largo. O corto, según se mire.

Wednesday, May 16, 2007

Que nervios mensajes


Me cuesta escribir mensajes en el movil. Los pienso. Y, además de pensarlos, olvido las abreviaturas. Mis dedos son bastante torpes y tropiezan continunamente con las teclas. De vez en cuando, no encuentro la letra que necesito y me pierdo.

No se escribir mensajes.

En cambio, a veces, me llegan mensajes que parecen ciempiés.

Tuesday, May 15, 2007

En busca de sentido 6. Se queda


Estoy vaciando el cenicero que tengo en la habitación; la montañita de colillas cae en silencio a la bolsa de papel, que me devuelve el menoscabo con una pelota de humo ceniciento. Sacudo al aire con la mano y miro el fondo satisfecho.

- ¡Javiux!

Sobresalto. Es clara. Me giro.

- Clara, porelamordedios. Estaba yo aquí... ensimismado en mis cosas. Importantes...

Veo aterrado como la mirada de clara se posa en la naranja de Valencia.

- Hmmmmmm. Asín que eta e la naranjha der bló. Jué pue si que etá marrón...

- Un poco... pero se le pasará.

- Tonto...

Clara se acerca peligrosamente a la naranja, crac, cruje el suelo. Clara alza la mano derecha despacio: la toca, la está tocando con el dedo índice.

- Uy, ta ya hueca y tó. Como la cabeza der dueño. Cuánto mó. A vé...

La agarra, intenta cogerla. Parece que no puede, que la naranja no quiere moverse. Sonrío. Resiste, pienso. Clara hace fueza, asoma la punta de la lengua. Resiste.

- Pue no pueo cogela. Sa quedao pegá en el mueble.

- Bueno...

- Tengo la mano llena de mó.

- Se va con jabón.

- Tonto...

Y clara se va.

Naranja buena.

Estas pequeñas cosas


Es viernes. Después de un mes entero en Bilbao, Jose vuelve a Pamplona. Le llamo por teléfono:

Bueno, Jose, ¿qué tal en casa?

Jo... de maravilla, qué a gusto, mi madre me ha dado ropa limpia... calcetines, calzoncillos... es un lujo... el olor a suavizante... ¿sabes?... cada día aprecio más estas pequeñas cosas... ahora mismo estoy panza arriba en el sofá... un lujo... y, de hecho, creo que no hay nada en la vida como estas pequeñas cosas...

Tantos


Alquilamos unas bicicletas en las cabinas para ir desde Puerto Viejo a Cahuita (Costa Rica). La luz blanquísima se colaba entre las hojas de los árboles, de copas enormes, barrocas y tupidas, que bordeaban el camino medio asfaltado por el que apenas circulaban coches. La vegetación frondosa de la selva nos impedía ver qué había a cada lado.

Nos detuvimos al encontrarnos con un lugareño:

Disculpe, ¿sabe dónde está la playa?

¿Veis todos esos caminos a mano derecha? Cada uno lleva a una playa, y hay tantas playas como estrellas.

Leo, La Sal de la Tierra, una de las entrevistas editadas que el periodista Peter Seewald hizo a Benedicto XVI. En el libro, Seewald pregunta al entonces todavía cardenal: ¿Cuántos caminos hay para llegar a Dios? La respuesta es preciosa y sorprende al mismo Seewald: Tantos como hombres.

Monday, May 14, 2007

Absurdo


Voy a ver a Leire. Está sentada frente al ordenador -hoy lleva trenzas-, diseñando un cartel en el que aparece la imagen cenital de un cenicero con cuatro cigarros sin encender, sobre la sección de esquelas de El Correo. Es para concienciar a los fumadores como tú, me dice. Y se ríe.

Maldito tabaco, farfullo.

Recuerdo mi primer cigarro. Qué absurdo. Estaba viendo una película en la televisión, Cariño, he encogido a los niños, cuando así, sin más, me levanté autómata del sofá; entré en el cuarto de mis padres, hurgué en el bolso de mamá y saqué un ducados. La siguiente parada fue la ventana abierta del baño y, de vez en cuando, el espejo, cuf, cuf. Ocurrió hace once años.

Hoy, soy un fumador contumaz y desastrado, de esos que llevan siempre el cigarro colgando entre los dedos y dejan, allá donde van, un rastro quejumbroso de humo y ceniza.

Gonzalo me anima:

Voy a dejar de fumar.

Siempre dices eso cuando no tienes nada que decir.

El ladron


Ella: Me has robado la mitad de las siestas de mi vida tú.

El: Cuando duermes sueñas con otros.

Sunday, May 13, 2007

(Enredada) ¿Lo haras?


Mónica: O sea, que tú eres J.

J.: Sí.

Mónica:
Vaya... ya me parecía... pensé... dije... igual

J.: ...

Mónica: y... nomeacuerdo... no será...

J.: Exacto

Mónica: Hmmm... es que lo sabía. No podía ser otro...

J.: ...

Mónica: He leído comentarios tuyos en eresfea y Letras Enredadas.

J.: O sea, que tú eras la Mónica que ha hecho algún comentario en eresfea... uno, creo...

Mónica: Sí. Sólo leo esos dos blogs todos los días, pero me da vergüenza escribir comentarios. Y también otro especializado en literatura infantil...

J.: ¿Conoces a Peter?

Mónica:
No, no. Pero leo Letras Enredadas todos los dias... ¿Tú le conoces?

J.: ... sí...

Mónica: Pues, por favor, cuando le veas, dile, por favor, que le admiro mucho, ¿lo harás?

Miedo pero por que



Catita, con sólo dos años, tiene miedos literarios.

Videoconferencia:

Juan Andrés (papi): A Catita le da miedo Don Quijote...

Catita: Me da miedo Don Quijote...

Alberto (el padrino): Pero... Catita, ¿Por qué te da miedo Don Quijote?

Catita -cogiéndole a papi la barbilla-: ¿Por qué me da miedo Don Quijote, papi?

Saturday, May 12, 2007

Se casan


Hasta hoy -12 de mayo-, o sea, el día mismo de la boda, no he sido consciente de que Iñigo y María se casan. A pesar, entre otras cosas, de haber sido uno de los testigos: sí, se quieren. Y mucho.

Me he levantado nervioso, se casan. Y me he imaginado a los dos en el altar, a María y a Iñigo diciendo ante Dios que sí, que se quieren, que se van a querer siempre, que son ya uno.

Te querré siempre, y querer cobra un nuevo significado, entra en una nueva dimensión, se eleva a un estadio superior: Yo, ..., te quiero a ti..., como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.

El amor se hace real cuando la palabra se transforma en sentimiento -sí-, pero también y, sobretodo, en compromiso libre y voluntad. Querer se hace.

Todos los días de mi vida.

Recuerdo un mediodía paseando por Indautxu con el pintor Alberto Sellán:

- Mírales, qué "cabrones". Ellos sí que saben.

Una pareja de viejitos caminan cogidos del brazo. Los pasos de él son mas cortos, errantes, y su perfil tiene forma de bastón. Ella le dice cosas con la mirada -en esos ojos velados suyos caben todas las cosas-.

- Mírales. Y las habrán pasado putas. Pero esos "cabrones" saben lo que es el amor.

Hoy, María e Iñigo se casan. Y todos los días de sus vidas.

Friday, May 11, 2007

Leccion de antropologia



Eduardo explicaba las cosas, por ejemplo, con vídeos como este de R.E.M.

Aprendimos.

Orla



Cada día que pasamos en la facultad, nuestro humor se vuelve más ácido. Jontxu y yo sólo pensamos en acabar con este exilio de cinco años en el campus de Leioa. Lo que venga después ya se verá.

Salimos de la clase de pintura sudando aguarrás -son las cinco de la tarde y aquello parece la sauna-, a tomar un descanso y coca-cola. En el pasillo, un grupo de chicas fuman sentadas. Nos paran. Sonríen:

Chica1:
¿Vosotros vais a haceros las fotos para la orla?

Jontxu: ... ¿Orla?...

Chica 2:
Sí. La orla. Este año vamos a hacer orla.

Jontxu: Pero a ver, vamos a ver, a ver,... ¿Para qué sirve la orla?

Chica 3: Pues hombre... yo qué sé... para recordar.

Jontxu y yo (al unísono): Vaya, ¿Y no hacen orlas para olvidar?


Así, dejando una barrera de silencio, vamos sudando aguarrás. A por las coca-colas.

Thursday, May 10, 2007

abrazados


Dos desconocidos abrazados en la cama.

Ella, antes de dormirse: Lo que pasa es que los dos estamos muy solos.

O algo. Ese algo


No siempre he sido carnaza de letras, no. De niño quería ser biólogo, o algo. Ese algo, más o menos imposible, variaba cada cierto tiempo.

Entre otras me imaginé químico y, papá y mamá, muy contentos, me regalaron la Quimicefa. En la caja dormitaban tubos de ensayo, probetas, más de media tabla periódica y otros componentes que ya casi no recuerdo.

No usamos el juego más de tres o cuatro veces. Venía con instrucciones aburridas –salpicadas de prohibiciones- y recetas. Para qué recetas si yo quería crear.


Al final, sólo abría la caja a hurtadillas para pegar lingotazos al tubo de Naranja de Metilo.

Naranja de Metilo.

Qué nombre más rico.

Wednesday, May 09, 2007

Mira


Recuerdo el día en que mamá me enseñó cómo se atan los cordones de los zapatos. Hasta entonces, los arrebujaba dentro del zapato y los pisaba con el pie. Para las clases de gimnasia utilizaba zapatillas con tiras de velcro.

Era la hora de la merienda y estaba sentado en el suelo, comiendo pan y chocolate mientras veía Barrio Sésamo. Mamá apagó la tele:

- No encenderé hasta que aprendas.

Creo que hice algún puchero, pero mamá no consintió.

- Es fácil, mira.

Me ató el cordón despacio.

-¿Ves? Ahora tú.

Y empecé con torpeza, inseguro, haciéndome nudos en los pequeños dedos, que parecían incapaces de coordinarse.

Mamá volvió a repetir el gesto, mas despacio, deslizando los cordones con suavidad.

- Javi, tú.

Me agaché, cogí los cabos y cerré los ojos hasta ver las manos de mamá. Sólo entonces las mías empezaron a moverse sólas.

Abrí los ojos.

Mamá me cogio la cabeza y me dio un beso.

- Muy bien. Muy bien, Javi, ¿ves?

japi flagüe


En verdá ta guay.

Eso dice Clara cuando algo no le gusta demasiado y tiene que hacerlo a la fuerza.

En verdá ta guay.

Lo dice con gracejo sevillano.

Una tarde nos contó que cuando llegó a la universidad le llamaban Happy Flower.

Mira, decían, por ahí va la Happy Flower.


Me hizo gracia, lo de Happy Flower.

Una noche, hace un par de semanas, Clara y yo estábamos tendiendo la ropa. No recuerdo qué dijo, quizá eso de en verdá ta guay. En verdá ta guay tendé la ropa.
Anda, happy Flower, Happy flower, dame el calcetín ese. Que eres una Happy Flower.

Y al mirarme se transformó en alguien, o en algo, absolutamente vulnerable.

Carajho, Javi, eque si no fuera japi flagüe en ete mundo asín mejó me suisío.

Tuesday, May 08, 2007

Vuelta a Trapaga


En Trápaga hay casas - algunas rojas-; también están la iglesia, tres parques, dos estancos y el velódromo; una cafetería en la que ponen batidos de sabores exóticos, el bar Gol y un videoclub donde comprar palomitas de colores. Cuando pienso
Trápaga
imagino una rana azul, o una princesa verde, de cuento, a punto de saltar a un charquito.

Chof.

En busca de sentido 5. Por favor, hazme el favor...


Nos despedíamos como sin querer, bajando la voz de puro sueño, hablando cada vez más despacio, estirando el tiempo de las pausas. Yo hablaba desde mi cama, claro:

- Estoy mirando a la naranja de Valencia. Está un poquito desmejorada y ha oscurecido, ahora se camufla en la madera del armario…

- Pero anda, tira ya eso, por favor, hazme el favor ...

- No puedo. Ni hablar.

- ¿Pero... qué sentido tiene, a ver?

- Me cuida.

- ¿Que te cuida? Tu tienes una piedra en la cabeza...

- ... pesejem...

- Eres como los niños, ¿no?, que se inventan amigos imaginarios que les hagan caso.

- Hmmm... vaya, lo mismo dice la naranja.

Monday, May 07, 2007

¿Cuanto es mucho?


Ella: ¿Qué necesitas para enamorarte?

Él: ... dame cinco minutos.