El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Monday, April 30, 2007

Faulkner tampoco


J.: ¿Algo, William?

W.F: Sin noticias de Gurb.

J.: Bonita pipa.

W.F: Ya ves, del chino...

Tanto vicio adios


L. ha dejado los chicles, o los está dejando, ¿sabes? ya llevo una semana, me ha dicho. Le va a costar, porque desde que la conozco, lleva un Happy Dent en la boca. Valoro el propósito casi como si fuese mío. Muy bien, le digo, si tu dejas los chicles, yo dejo el tabaco.

Trato hecho.

Lo que ella no sabe es que es la única persona que puede desentoxicarme -por mucho que todos digan, tienes que hacerlo por tí-.

Hace un par de años compré el libro Dejar de fumar es fácil, si sabes cómo, para demostrarle a L. mi buena predisposición. No pasé de la tercera página.

Aquella vez lo intenté seriamente, ella estaba delante cuando partí por la mitad un paquete entero de Austin, mira. También cuando fui sacando de la papelera los cigarros, recomponiéndolos uno a uno para luego fumarlos, la mayoría sin filtro. Pero L. no dijo nada, me miró sólo con un gesto condescendiente.


¿Conseguiremos deshacernos de nuestros vicios?

¿Cumpliremos el trato?

Es dificil, pero no imposible.


La fotografía es de Alberto. De izquierda a derecha, el humo y J.

Lejos de Trapaga


Hago caso a los consejos de Peter y releo el comienzo de Lejos de Veracruz, de Enrique Vila-Matas:

No todo el mundo sabe que a Veracruz y a sus playas lejanas no pienso en la vida nunca más volver. Fui feliz allí, el mes pasado, en la noche de luna llena, en Los Portales, ni antes ni después de esa noche, en el último mes de julio de mi juventud. Pero no pienso en la vida nunca volver, pues sé muy bien que la nostalgia de un lugar lo enriquece mientras se conserva como nostalgia, pero su recuperación significa la muerte.

Y me acuerdo de otro lugar en el que fui feliz, hace dos años, y también de las personas que acompañaron mi felicidad. No sé si nunca volveré a Trápaga, pero sí sé que nunca olvidaré Trápaga.

El día que me invitaron a comer en su casa, también me invitaron a cenar. Llegó la hora de irse a la cama: Javi, ¿por qué no te quedas? Javi, quédate. Tenemos un colchón y sábanas limpias.

Al día siguiente, volví a su casa y, por la noche: Javi, quédate. Mañana tráete un cepillo de dientes y algo de ropa para cambiarte.

Viví allí, con ellas, casi dos meses. Hasta final de curso. Los dos meses más felices de toda la carrera.

No parábamos de reír.

Y no paramos de reír.

En Trápaga.

Sé que nunca olvidaré.

La fotografía es de Leyre. De izquierda a derecha: Tania, J. y Jessy.

Sunday, April 29, 2007

¿Sabes quien soy?


Estoy comiendo, suena el móvil. Número desconocido. Hmmm. Cojo:

- ¿Sí?

Vozarrón al otro lado.


- ¿No me conoces? ¿Sabes quién soy?

Pues no, no sé quién es.

- No sé, ¿quién eres?

- ¡J.M!

- ...

- ...

Creo que hace diez años que no hablo con él -la voz le ha cambiado un poquito- y nunca por teléfono.

- ¡Hombre, J.M! ¿Cómo estas? A ver, cuéntame...

- Me han dicho que ya tienes habitación para la boda de Carlos.

Habitación.

- Sí, si tengo, sí. Individual, creo.

- Y vas solo, ¿no?

Hasta el rabo todo es toro. Dicen.


- Mmmpsí

- Podríamos compartirla.

- ...

- Así nos ahorramos unas pelas.

Bueno, eso... es cierto. Ahorramos.


- Sin problema, hombre.

- Pues entonces, hablamos.

- Hablamos, no te preocupes.

Abducidos


Jontxu: ¿Has visto alguna vez Me llamo Earl?

J.: No, no he visto.

Jontxu: Pues deberías. Esta muy bien esa serie; recomendación de Paloma y lo mejor que he visto recientemente en la tele.

J.: ¿En qué canal sale?

Jontxu: En La Sexta. Horario aleatorio. Como casi todo en ese canal. Échale un ojo, verás como te gusta... Paloma siempre tiene razón. Paloma siempre tiene razón.

J.: Jajajajajaaja. Esa afirmación suena robótica, ¡Paloma siempre tiene razón! Parece que te ha abducido, Jontxu.

Jontxu: Claro, claro. Ha hablado el que la proclamó campeona mundial en borrado...

J.: ...

Jontxu: Estamos abducidos.

J.: Ahhh, pero qué bien borra...

Jontxu: ...

J.: Abducidísimos.

Odio enamorado


A medida que transcurría la mañana, nacían nuevas ideas para el proyecto. Lo más curioso es que ya no estaba nervioso por quedar con el director del periódico, si no por encontrarme con Patxi. Como nunca nos habíamos visto en persona no lograba ponerle rostro, a pesar de haber visto fotografías suyas en Borraska y Vivir Pamplona, y creía que iba a ser totalmente diferente. Los escritos de Patxi, al menos los que había leído hasta ahora, eran duros y los personajes, degenerados patibularios, al estilo Bukowski. Quizá por eso, yo esperaba encontrarme con un macarra. Prejuicios.

Diez ninutos antes de la hora a la que habíamos quedado, estaba leyendo su último libro, apenas el principio. Y comprendí que ahora él era otro.

Cogí Perdidos en el paraíso y Cuestión de supervivencia y me planté en la puerta del Eguzki. Miré, por si acaso me esperaba dentro, pero no había nadie que quisiese que fuera Patxi. Entonces vi en la plaza a un chico que caminaba mirando al suelo, con el pelo salpicado de canas y barba de tres o cuatro días. Llevaba gafas sin montura y sus ojos negros caían a los costados; vestía informal: una camiseta que a mi me pareció de Custo y pantalones vaqueros. Qué bueno conocerte en persona, igualmente, y entramos en la cafetería.

Patxi Irurzun acababa de publicar Perdidos en el Paraiso. Han pasado dos años de aquello.

Anteayer un mail me informaba de la salida de su útima novela, Odio Enamorado.

No perdérsela. Mucho talento.

www.edicionesidea.com

Cuando mientes no te cree. Dia de la sidra


La llamé por teléfono a las ocho y media, pensando que todavía estaría en el trabajo, pero que va. Su voz tenía el regusto fonético que dejan unos cuantos culines de sidra.

De fondo, el rumor de calle.

J.: Pero a ver, ¿qué me estás contando, ya has terminado?

L: Jajajaja. Pues sí, claro. Trabajaba hasta las tres y media. Hoy es el día de la sidra en Rente. Y bueno…

J.: Ah, vale, vale. Es verdad, me ha dicho Jessy que igual se pasaba por allí.

L: Jajjajaaaj. No me hagas reíer, ¿eh? Seriedad, por favor.

J.: P…pero si no, si no he dicho nada.

L: Jajajajajaj. Pues eso, mejor. Muy bien. Así. No digas nada.

J.:

L: Mira, mira. Por ahí viene mi prima, jajaja, joe como va ésta también, jaajaj. Te la paso.

Me la pasa.

T: ¡Javi!

J.: Tania, pero a ver ¿quién te ha engañado a ti?

T: Jajajajajjaja. La verdad es que me he dejado engañar, jajaja.

Y, desde atrás, se oye la voz pícara de Leyre, entre risas: Tania, shhhh, Tania, no mientas a Javi, que a Javi no se le puede mentir. Cuando mientes no te cree...

Saturday, April 28, 2007

Wish you were here



Esta canción se la debo a Jontxu.

Wish You Were Here

(Me Gustaría Que Estuvieras Aquí)

Así que crees que sabes distinguir
El cielo del infierno
El cielo azul del dolor
¿Sabes distinguir un campo verde
De un frío raíl de acero?
¿Una sonrisa de un velo?
¿Crees que puedes distinguir?
¿Consiguieron hacerte cambiar
Tus héroes por fantasmas?
¿Cenizas ardientes por árboles?
¿Aire caliente por una brisa fresca?
¿Frío confort por un cambio?
Y ¿cambiaste
Un papel principal en la guerra
Por un papel protagonista en una jaula?

Ojalá, ojalá que estuvieras aquí.
Solo éramos dos almas perdidas
que nadan en una pecera
Año tras año
Corriendo siempre sobre
el mismo viejo camino
¿Que hemos encontrado?
Los mismos miedos de siempre
Ojalá que estuvieras aquí.

Puppy el chucho y el Che


Me encuentro con Puppy en la Plaza del Castillo. Es lo que tiene la literatura, que puedes encontrarte con quien te venga en gana. Lleva txapela y, atado al collar, un paquete de Pall Mall light. Buen chucho. Le cojo un cigarrillo y el mechero que lleva dentro de la cajetilla, en el que pone: quédatelo, es de propaganda.

Saco una albóndiga del bolsillo y unas perras chicas. La albóndiga es para ti, Puppy, los hongos para él.

Explícale que se nos han adelantado, que otros han atracado hoy la joyería que habíamos fichado en Barakaldo.

Pero que esté tranquilo, que seguimos pergeñando lo del BBVA.

Le acaricio, venga, corre.

Y cuando ya está lejos le grito:

¡Dile que el Che está apunto de desembarcar en Las Coloradas!

Una adorable coqueteria


Un eco existencialista se pasea por la facultad poniendo zancadillas a las neuronas, ¡zaca!. Eso y también la nube renegrida de hierba chamuscada, que trepa por las paredes de los pasillos hasta quedar pegada en el techo, como un moscardón sin alas y patitas viscosas.

Tanta oscuridad mental se contagia a la ropa.

Por eso, hace unos días, decidí plagiar este recuerdo universitario a otro J. e integrarlo en mi pasado futuro:

De aquel tiempo guardo (…) la memoria de las chicas vestidas con calentadores y zapatillas de bailarina…

Sin embargo, la apropiación indebida de recuerdos es un acto reprobable. Así que, sin arrepentirme del todo, pido disculpas y se lo devuelvo envuelto en código html, quizá –lo reconozco-, un poquito memorizado.

Se lo devuelvo, en realidad, porque yo también tendré recuerdos en color. Por ejemplo:

De aquel tiempo guardo la memoria de una chica vestida de fantasía.

Y me acordaré siempre, porque de entre los grises cotidianos –si la suerte estaba de lado- podía surgir la chica que se dibujaba pequeñas mariposas en los pómulos; la chica de coletas, brillantina y coloretes; la chica de los piercings; La chica que inventaba colores a juego; la chica de pañuelo o diadema; la chica con falda y pantalones.

Me acordaré siempre de la chica que vestía como era y era como vestía.

Qué espontánea, exagerada y alegre expresividad.

Qué coquetería, sí.

Una coquetería perdonable.

Una adorable coquetería.

Friday, April 27, 2007

Adiccion y versos


G. me regaló Catedral hace nueve años. Así nació mi biblioteca y una peligrosa adicción a los libros.

Por supuesto, acabé adquiriendo toda la prosa de Raymond Carver traducida al castellano. También leí un libro de poemas, Donde el agua se junta con el agua, pero no pude hacerme con él .

Hoy he andado enredando en la red, intentando pescar algún verso suyo. Encuentro los últimos que escribió, antes de morir:

¿Y conseguiste lo que
 querías de esta vida?

Lo conseguí.

¿Y qué querías?

Considerarme amado,
sentirme
amado sobre la tierra.

Wednesday, April 25, 2007

Una vez si al menos



A: Una vez estuve enamorado. Sólo una. Y está bien así porque sé, al menos, que existió. Que fue real.

B: Bueno, y eso... ¿Cómo lo sabes?

A: (Enciende un cigarrillo antes de contestar) Porque, con ella, yo era... mejor persona.

Ni nada de nada


Recuerdo aquel febrero. Los martes íbamos a los cines del Max Center de Barakaldo. La sencillez del plan, ver las películas con más nominaciones para los Oscar, cobraba una nueva dimensión cuando nos encontrábamos los dos, en la boca de los cines. Estábamos y éramos sin intermediarios, ni ruidos, ni nada de nada.

Mirábamos la cartelera:

Eliges…

¿Esta?

Vale.


(Palomitas, conguitos, gominolas, coca-cola)

Y la película.

Al salir de la sala seguíamos en otro mundo.

Nunca encontrábamos la salida del Centro Comercial. Escaleras para arriba, escaleras para abajo. Tiendas y más tiendas –ella paraba en todas-.

La última vez, aparecimos solos en la azotea.

Tuesday, April 24, 2007

Pintando la campa


Pintábamos con acuarelas en clase de Procedimientos Gráficos, sentados a la sombra de un pino, a media mañana, en la campa. La brisa abrazaba nubes de polen, que se retorcían en espirales a cámara lenta, hacia el cielo.
Y, como cada vez que nos juntamos, sólo parábamos de reír para añadir nuevas sandeces al viejo repertorio.
Claro, exagero un poco, porque también hablamos de cosas serias, lo que pasa es que también las amortiguamos con chistes rápidos y, generalmente, riéndonos a carcajadas de nosotros mismos.

Pintábamos:

-Oye, que el Papa ha dicho que el infierno sí que existe.

- ¿...?

- No me acuerdo en qué periódico lo he leído.

- Pero... no sé, nunca ha dejado de existir el infierno. Creo. Pondría el limbo.

- Que sí, Javitxu, que Juan Pablo II dijo que no, que infierno no había. Vamos, que era otra cosa.

- No creo que dijera eso exactamente.

- ...

- Estos días, estoy con un libro de Benedicto XVI. Y en el capítulo que he leído esta mañana habla de eso. Del infierno. Un poco. Pero claro, no esperes grutas, fuego quemándote el trasero y tridentes. Compara el infierno con la sensación de abandono, con la soledad más absoluta. Con la ausencia de amor.

- ...

- ...

- Vaya, prefería el otro infierno. Era más divertido.

- ...


P.D: A veces, Peter, también soy Pater.

Canguelo


Se acaba la carrera, empieza el canguelo (cuántos canguelos llevo ya).

La incertidumbre zarandea los ánimos de los próximos licenciados.

Ayer, por ejemplo, escuché esta breve conversación bellasartiana en la cola del autobús:

- ... pero esto no es un punto y final, chica, sólo un punto y seguido.

- ¿Seguido de qué?

- ...

- ...

Monday, April 23, 2007

Tertuliano en ciernes


Resulta que sí, que lo del programa con el Buitre iba en serio. Se retransmite esta noche, a las 21:00 en 06. No voy a estar allí y, en Barakaldo, no tenemos ese canal. Una pena.

La falta de tiempo me aleja de la infancia.

El sábado recibí otro mail curioso. Me invitaban a que mañana hablase en un programa de radio sobre el escritor Sergi Pámies.

Butragueño- Sergi Pámies.

Y, por un momento, me ví trotando por las cadenas de radio y los canales de televisión, como tertuliano furibundo y atemporal, compartiendo micrófono con Ramoncín. Hoy, hablando de política, mañana, sobre la voluptuosa fulanita de tal y su encanecido y algo desmejorado ex.

Yo, que siempre he querido ser undergraund.

Pero undergraund en plan bien. Como Ray Loriga.

No iba bien


El sueño no iba nada, nada bien. En la sala había una pareja. Discutía con ellos. Decían cosas horribles, feas, feísimas, y yo respondía con otras todavía peores.

Me revolvía entre las sábanas. Tanto dolor, tanto resentimiento hubiera podido prender fuego a la almohada.

Cada vez me sentía más furioso, más bestia y menos hombre, a pesar de estar noqueando a la pareja, ya casi apunto de derrumbarse.

Y cuando iba a pegarles el tiro de gracia verbal, cuando iba a decir la frase definitiva que les haría hundirse en la miseria, alguien entró en la habitación.

Me miró con ternura.

Miré a aquellos dos:

-Perdonadme. No quiero ser como vosotros. Yo no soy así. Lo siento. No soy así. No quiero ser así.

Ellos siguieron gritando.

Pero me fui.

Ya mejor.

Mucho mejor.

Sunday, April 22, 2007

Palomaterapia


Encuentro un papel doblado (tres veces) en el cajón del escritorio. Las esquinas han amarilleado un poco y tiene huellas de carboncillo. Está escrito en letras mayúsculas, con rotulador rosa. Al leerlo me río, pero recuerdo que, en su momento -hace tres años-, me sirvió de terapia. Por eso lo guardé en el cajón.
La letra es de Paloma, de una tarde otoñal en el Irlandés de Moyua. Algunas palabras están emborronadas por la cerveza y hay, además, algún tachón. Sentados, entre pintas, yo decía cosas sin pensar demasiado y ella las apuntaba a su manera.

Palomaterapia:


LA VIDA DE J. SE VA AL CARAJO


1. Al carajo.
2. ¿Por qué?
3. J. hace mal las cosas
4. J. no ha hecho nada que le satisfaga
5. No le dejéis dinero a J.
6. J. es un parásito
7. J. no hace nada productivo
8 J. no sabe hacer nada útil
9. ¡J. está bloqueado!
10. J. se ha convertido en un palo clavado en el cemento
11. A J. le parece grande la vida
12. Elena dice verdades:
a) Los huevos de J. llegan hasta los tobillos
b) J. deja todo para el final
c) J. hace todo mal rápido
13. J.
14. J. hace tonterías
15. ¿J. sale del armario (no en el sentido gay)?
16. J. no sabe utilizar la brújula
17.¿A dónde quiere llegar?
18. J. quiere llegar a la cima
19. J. quiere convocar a la masa
20. J.quiere contar cosas bonitas
21. J. quiere conmover
22. J. se desvaloriza
23. J. está insatisfecho
24. J. tiene que buscar metas
25. J. explorará
26. J. buscará
27. J.

Paloma, cerveza, rotulador rosa y papel.

Como nuevo.

Saturday, April 21, 2007

For emily whenever I may mind find her



PARA EMILY, SI ALGUNA VEZ PUEDO ENCONTRARLA

¡Qué sueño tuve!
envuelto de organdí,
vestido con crinolina de vaporoso borgoña
más suave que la lluvia
vagabundeaba por calles vacías
y más allá de los escaparates
oí campanas de catedrales,
resonando por las callejuelas,
mientras caminaba.
Y cuando corriste hacia mí
tus mejillas se sonrojaron con la noche.
paseamos por campos escarchados de enebro y luces de farolas.
cogí tu mano,
y cuando desperté y te sentí tibia y cercana,
besé tu cabello de miel con mis lágrimas agradecidas.
oh, te quiero, pequeña,
te quiero.

En busca de sentido (III)


La naranja de Valencia no vive sola en mi camarote de Barakaldo. Sobre la balda, junto a los libros, coloqué en enero el último disco de Andrés Calamaro, "El Palacio de Las Flores". No lo he escuchado y todavía sigue intacto el envoltorio de plástico. No sé qué sucedería si me decidiera a abrirlo. Parece probable que nada, pero nunca se sabe.

También, como a la naranja, lo miro todos los días y, cada jueves, le paso un trapito de algodón para quitarle el polvo. El CD parte con ventaja frente a la vecina de Valencia porque, según pone, no es orgánico pero sí reciclable. O sea, que es -en cierto sentido- un poco inmortal (Platón se frotaría las manos con este asunto).

Sin embargo, la esencia es la misma. Quizá sean una misma cosa.

El Palacio de Valencia, La Naranja de las Flores.

Alter ego


Ayer, Pablo me lo recordó, ¿No vas a escribir nada?


El tío Ge me enseñó a corear el Hala Madrid. Yo le seguía por todo el pueblo.

Mamá decía: Javi, tienes mucho genio.

Y, orgulloso, el tío Ge se interponía: como Juanito.

Supongo que por eso él me llamaba Javito.

Así que, con tres años, ya tenía dos cosas muy claras: del Real Madrid y de Juanito. Aunque, por su puesto, como cualquier niño a esa edad, aborreciese el fútbol.

Ese mismo verano, El tío Verio nos llevó a una pequeña tienda, en el Barco de Valdeorras, donde vendían camisetas de fútbol (de algodón y sin marca, claro, como las que se enfundaba Alfredo Di Stéfano).
Alberto y Juan Andrés señalaron la blaugrana (Julio Alberto y Quini); yo, en cambio, la blanca del Real. Después, el dependiente dejó sobre el mostrador una caja de cartón con cientos de números adhesivos. Sólo había un 7 negro y pequeñito. A pesar de las burlas de mis hermanos, dije: éste.

Porque yo era Juanito.

Y Juanito, mi alter ego en los campos de fútbol.

Juanito
.

Qué temperamento más agitado, qué furia, qué genio. Y qué corazón.

Uno de los actos más salvajes de Juanito, fue pisarle la cabeza a Lottar Mathäuss en un encuentro de la UEFA entre Real Madrid y Bayern de Munich.
Aquel pronto puso fin a su etapa madridista. Sin embargo, días más tarde, pidiendo perdón, le regaló un estoque al alemán: toma, ahora ya puedes matarme. Así comenzó una amistad.

Juanito vivía en un continuo arrepentimiento, Sale el otro yo y no hay manera..., a pesar de que, como dijo Valdano, todo lo malo que hizo cabía en 30 segundos.


Lloré el día que murió Juanito, en accidente de tráfico, hace ya quince años.

La siguiente camiseta que tuve del Real Madrid fue la de esa misma temporada, en el 92. La oficial, con el número 7. Jugué a futbito con ella varios años.

Llevaba el 7 por Butragueño.

Pero en el equipo del colegio me llamaban Juanito.

Friday, April 20, 2007

Melinda y Melinda


Hablemos claro. Ella es de las que siempre necesitará ayuda. Es triste, pero debemos continuar con nuestra vida.

Y final.

O no. Quién sabe.

Por lo demás, continuamos con nuestra vida.

Butragueño. Porque:



Necesitamos referentes cuando somos niños y también, y sobretodo, para cruzar protegidos la adolescencia. Ya, ya sé que los primeros deberían ser nuestros padres -papá y mamá- pero no siempre, por desgracia, sucede así. Puede ser que, en el colegio, los profesores tampoco estén a la altura. Los amigos, esos días, son factores variables que aparecen y desaparecen, buenas o malas influencias.

Los medios de comunicación nos arrojan una baraja de referentes de todo tipo. Personajes variopintos, el noventa por ciento de medio pelo, que pertenecen a diferentes ámbitos de la sociedad. Cada uno de ellos destaca en algo o por algo, lo que sea. Y detrás de ese algo, hay una imagen que refleja una comprensión del mundo, ciertos valores. Personajes que se convierten inevitablemente en iconos, astros de carne y hueso que palpitan como puntos de referencia en una constelación mediática.

Yo tuve mucha suerte con mis referentes más próximos, pero también con "los otros" que fui descubriendo. A principios de la década de los ochenta apareció un chiquillo de cabello rubio y rizado; ojos azules, cara pecosa y cuerpo levemente encorvado. Un futbolista.

Porque los ochenta no fueron años fáciles, si no decadentes, aunque los kulturetas progres de siempre traten de dulcificarlos. La movida madrileña, el estandarte pseudocultural, fue una bomba de mierda que clamaba a las drogas y al sexo cómo refugios últimos de una existencia vacía.

Pero decía que, en mi caso, surgió el Buitre. Y su genialidad en el terreno de juego despertó al fútbol español y, además, los sueños de cientos de miles de niños y adolescentes. Querían ser como Butragueño. Incluso las madres querían tener de yerno a Butragueño.

Emilio Butragueño
, a diferencia de tantos otros personajes públicos, era consciente de su responsabilidad, del papel que le había tocado representar ante una juventud que necesitaba héroes. En una ocasión dijo algo parecido a esto: “Mi ídolo era Johan Cruyff. Le imitaba en todo. Hubiera creído cualquier cosa que dijese”.

Pero todos los héroes caen y a él también le tocó caer; primero, la salida de la selección, después, la suplencia en el Real Madrid, el olvido en la grada y, finalmente, la despedida. Y cayó con la dignidad integra, sin hacer el menor ruido. Dando ejemplo. Con el deber cumplido.

Thursday, April 19, 2007

Imposible


1
Antes de vacaciones, decidimos deshacernos de las facturas de internet por siempre jamás, adiós malvado Euskaltel. Clic.

2
Ahora, asomo la cabeza –con cierta nostalgia- por la ventana de mi cuarto y veo gente de todo pelaje entrar y salir del ciber; millones de historias -ronroneo por dentro-, decenas de mundos posibles. Qué vértigo. Mi cabeza cuelga del marco, como la de un guiñol que intentara hacerle la corte a la vecina de enfrente. Me mira, le sonrío, corre la cortina, me golpeo con la persiana.

3
He bajado al ciber. Paso a formar parte de este microcosmos sórdido y polígloto. Y paso desapercibido, como un topo. Las teclas del ordenador son trampas viscosas, se pegan a los dedos y escribir se convierte en un deporte de fondo. Empiezan a picarme los brazos, huele a curri; música árabe. Son las diez.

4
No pude hacer nada. Imposible, perfecta kamikaze.

Y - como G.- de noche, y con alevosía, afirmo que nadie puede desaprender a andar en bici.

El retorno de " El Buitre"


En octubre, escribí en el canódromo una entrada sobre Emilio Butragueño.

Y ahora, acabo de recibir este comentario, algo surrealista:

He podido leer la historia de El Buitre y la verdad es que me ha parecido muy curiosa.... yo trabajo en un programa de televisión... y la próxima semana tedremos como invitado a Emilio Butragueño... Si fuera posible contactar (si es de Madrid) con el protagonista del blog y de la historia en cuestión, me gustaría poder charlar con el. Podríamos ponerle un final a esa historia incompleta, ¿no?...
Si es posible, escribe a: X.


Hace calor. La mujer de la limpieza pasa la mopa.

Solo para ella


Le iba a enseñar a Leire la poesía de Ángel González, Me basta así, y justo, en ese mismo momento, ella la estaba transcribiendo en su blog. Coincidencias. Así que, luego, le he dicho que busque en Google esa otra que empieza: Yo sé que existo porque tú me imaginas.
Le ha gustado, claro. Son poesías que nunca fallan.

Alguien dijo que, el amor hace de todo amante un poeta. Un poeta o cualquier otra cosa.

Me siento frente al ordenador.

Escribí un libro sólo para ella.

Wednesday, April 18, 2007

La naranja. En busca de sentido (II)


Sigue la naranja de Valencia en el estante de mi habitación de Barakaldo. Estos diez días de vacaciones le han sentado fatal, compruebo: el ámbar ha tornado a terroso y, lo que antes podría haberse entendido como polo sur, ha quedado achatado en un choft imperceptible, diluido por el tiempo. Los poros ya dejaron paso a las arrugas y el gris verdoso del moho va zampando los gajos, de abajo arriba.

Y, sin embargo, después de realizar la inspección, la dejo en su sitio. Con cuidado.

La miro.

Pero quédate siempre.

Un poco de azar


1
Conocí a R la última vez que vi a P, a mediados de septiembre. Fue en el taller de pintura de Antonio López y Juanjo Aquerreta, en la Universidad de Navarra.
Aquel lunes, a media mañana, escuché a mi espalda la voz suave de P. Me di la vuelta de un respingo y allí estaba ella, como andando en el aire, con un cuaderno de notas. Dejé los pinceles y el caballete: sabía que vendrías, le dije. Sabía que ibas a estar, contestó. Me miró con ternura. Los ojos de P son grandes y cálidos, del color de la miel. Hablamos como dos personas que se han querido mucho, estoy contenta, ahora trabajo en Diario de Noticias. Después le presenté a Antonio López, Antonio, Paula es la mejor periodista de Pamplona. Y Antonio, quédate con nosotros. Y yo, no, está bien así, he de pintar. P y yo sonreímos.

A R le conocí esa misma tarde. Jorge me dijo: te conozco y, cuando veas sus ojos, sólo querrás pintar el rostro. R era la modelo y, al verla, sólo quise pintar el rostro. Me coloqué cerca de ella pero ya no quería pintar, si no hacerla reír en carne y hueso. Cada tarde le llevaba un botellín de agua y un Chupa Chups de sandía y, de vez en cuando, soltaba alguna sandez, parapetado por el lienzo.

2
El domingo de Resurrección quedé con Pablo para cenar y tomar unas cervezas en La Peña Alegría. No había nadie e hicimos las horas charlando, entre San Miguel y San Miguel. Sobre la mesa contigua había un ejemplar de Diario de Noticias; lo cogí y busqué si había algo escrito por P. Pero no había nada. Sin embargo, encontré un reportaje fotográfico sobre la diplomatura de la XXVIII promoción de Enfermería de la Universidad de Navarra. Y, allí, entre todas, R.

Tuesday, April 17, 2007

De maldad


La semana pasada vi Hiroshima, mon amour. Un clásico de la Nouvelle Vague, dirigido por Alain Resnais a partir del guión de Marguerite Duras. Todo esto lo sé porque lo he leído después y, seguramente, se me olvide antes de acabar este párrafo.

Resulta, Hiroshima mon amour, de esa clase de películas que le dejan a uno sin saber bien qué pensar. Ni siquiera puedes manejar parámetros simples, tales como divertida o aburrida, buena o mala. Te quedas sentado en el sofá, viendo sin leer los títulos de crédito, esperando que pase algo que no va a suceder nunca.

Pero lo peor viene después, cuando estás comprando el pan –por ejemplo- y te vienen fragmentos a la cabeza. Sobretodo frases que, además, resuenan duras como cantos de piedra.

Uno de los temas de la película es la persistencia de la memoria, que zarandea el presente de un amor que acaba imposible. En un momento de la película ella le dice a él: me volví loca de maldad en Nevers.

Pienso en eso, en me volví loca de maldad.

Y, mientras camino hacia casa, me como la txapata a mordiscos.

Caidas


Bajo en ascensor para comprar tabaco en el estanco de la esquina, el del estanquero que me llama guapo. Tabaco y autoestima.

Dentro del ascensor, decía, hay un cartel alicaído:

El personal de Limpiezas Albia informa que, en estos momento, realiza labores de limpieza en el edificio.
Tomen precauciones para evitar caídas indeseadas.


Astutos, los de Limpiezas Albia, pienso. Porque distinguen. También hay caídas deseadas. Y las hay.

Monday, April 16, 2007

Encuentro en el ascensor


Encuentro en el ascensor

Entramos en la cabina y estábamos allí solos los dos.
Nos miramos sin hacer otra cosa.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad...
En el quinto piso ella bajó y yo, que continuaba,
comprendí que nunca más la vería,
que era un encuentro de una vez para siempre
y que aunque la hubiera seguido lo habría hecho como un muerto,
y que si ella se hubiera vuelto hacia mí
sólo hubiera podido hacerlo desde el otro mundo.


Si hubiera logrado escribir algo parecido. Quizás entonces. Sin embargo, los versos son de Vladimir Holan.

Sunday, April 15, 2007

Regreso a Bergamin


Nueva versión del sueño de siempre, a un mes y medio de acabar la carrera. Esta vez, el coordinador de B.U.P y C.O.U visita el Campus de la UPV y me notifica que me queda por aprobar una asignatura de tercero de E.G.B. Zozobra. Lo lamento, pero si no la aprueba, no puede licenciarse. La respiración comienza a entrecortárseme: ...pero... estoy en quinto de Bellas Artes. Hasta, hasta empecé otra carrera y... y... he trabajado en y sigo haciendo dib...ilustra... ciones, ahora... voy a acabar antes la ca... que el... al colegio otra vez, no, jod... er

Pero no consigo nada. Total, que allí estoy ahora, asistiendo a las clases de Inglés, en tercero de E.G.B.

Hablo con el compañero que está detrás de mí, al que saco 20 años:

Pues el verbo to be me lo sé, le digo.

Bromeas...

I'm Down



Los otros tres coincidían en que John enloqueció definitivamente en este concierto. Puede ser. Viendo el vídeo, cualquiera diría que la canción se titula I'm Down.
Alegría contagiosa, locura alegre.

Al otro lado


Aprendí, hace ya mucho tiempo que, cuando hablas por teléfono con una chica, lo normal es que acabes participando en las conversaciones paralelas que se suceden al otro lado de la línea.

Estás pendiente de lo que dicen, con suma atención y, de repente, notas un ligero cambio de tono en su voz, Isa, ya he planchado yo. Por poner un ejemplo.

Llamé a Leyre justo cuando ella entraba en su casa y hablaba conmigo, así, mientras hacía vida normal, mamá ya estoy aquí.

Llegó a su habitación (rac, abrió la puerta, tap,tap,tap) y escuché:

L: Anda, pero, ¿qué es esto? (Ruidito de papel) Karem me ha hecho un dibujo (Karem es su hermana). Qué bonito, Karem. ¿Para quién es?

K: Para tiiiii.

L: Gracias, es… precioso, qué ilusión. Dame un beso, grande, grande. (Se acerca a ella, tap, tap, tap, muack, ruidito de papel). Pero, vaya, has puesto Leryer en vez de Leyre. Es al revés.

K: A ver. (Ruidito de papel, verifica, ruidito de papel). No importa.


Mientras, colgado al teléfono, al otro lado, conmigo mismo:

¿Importa?

Creo que no. No

Pues ya está.

...

Pues eso.

Pues eso.

J.L



Las circunstancias nos acabaron separando –se suele decir así-. Pero para entonces, nuestra amistad tenía currículum y una trayectoria de dieciocho años.

J.L no se parecía a los demás niños. En primero de E.G.B, durante el recreo, hablaba de política, o historia, como un adulto. Y lo hacía con la pasión de un líder. Sabía meterse en el papel y, con ese papel nos envolvía a todos. Todos éramos pocos –dos seguidores, dos detractores- porque el resto no le entendía, ni quería entenderle, y se dedicaba a jugar a fútbol, como dios manda, o a lo que fuera.

El futuro se adelantó hasta octavo de E.G.B. J.L y yo sacamos al aula El Diario de la Clase. Aquella fue nuestra primera incursión en el periodismo. El era el director, y se dedicaba a los artículos de opinión e investigación. Yo, redactor jefe, tenía encomendadas labores más ligeras: deportes, tira cómica y pasa tiempos.

Las columnas de J.L eran dardos venenosos, con un toque sensacionalista que enervaba a la masa hasta empujarla a la acción. Sacudía improperios como garrotazos a quien se lo mereciese y enaltecía a ninguno.
Mi sección de Deportes también levantaba polémica, pero porque sólo hablaba del Real Madrid en tiempos de anti- madridismo ( J.L era del Athletic, pero respetaba mis opiniones. Se trataba de estimular las ventas, auque para ello tuviéramos que encrespar al lector).

El teclado de J.L prendió la mecha de una revolución sin precedentes en el colegio, sacó los trapos sucios del subdelegado de la clase hasta hacerlo dimitir. El tutor tuvo que llamar a la calma, evitar el linchamiento público y convocar nuevas elecciones.

Pero no paró ahí la cosa. Del subdelegado, pasó a criticar las actitudes de otras secciones –que lanzaron, para defenderse, otros periódicos, iniciándose así una guerra de medios-. Al final, como algo inevitable, aparecieron en los artículos nombres de profesores. Nadie quedaba a salvo de la mirada de J.L.

Hasta que el coordinador del curso le llamó a su despacho.

Nos cerraron el periódico.

Saturday, April 14, 2007

Ilusion


A: Ya tengo cartel para el concurso de San Fermín.

J.: Bueno, pero ten en cuenta que participan casi mil personas. O sea, que es como una lotería pero más difícil, porque hay un jurado. Y ya sabes, los jurados.

A: … ya…

J.: Imprimir el cartel cuesta mucho dinero y las posibilidades son pocas, o ninguna.

A: A mi me da igual ganar o no el concurso.

J.: …

A: Presento el cartel para tener durante un mes la ilusión de ganarlo.

Resiste


Y de pronto, pegada a la planta de los pies, la cuerda floja. Sabes que no debes pensar, sabes que no debes mirar abajo. En la cuerda floja.
Mira hacia delante, resiste. Alguien te espera en el otro extremo. Resiste cuando el cable se tambalee. Resiste cuando tu cuerpo se tambalee sobre el cable. Todo saldrá bien. Todo va a salir bien. Resiste. Mira hacia delante. Alguien te espera en el otro extremo.

Tender



TENDER

Oh my baby!

Friday, April 13, 2007

Su aquel


En 1999, expuse por primera vez. Salió una pequeña entrevista con fotografía en el periódico.

En un bar, una chica me reconoció:

- Tu eres el pintor, ¿no? Leí la entrevista del Diario.

- … pues… sí. Puede que sí.

- Serás de los que pintan por amor al arte…

- No. Sólo por dinero. – Dije eso, no sé porqué.

Desapareció espantada. Lógico.


Hoy he vendido un cuadro. Alguien me ha preguntado:

- ¿No te da un poco de pena deshacerte así de una obra, no es como perder un hijo?

- Sí, un poco de las dos cosas. Pero poder pagarse uno la comida, al menos de vez en cuando, también tiene su aquél.

La caida


El domingo, vinieron dos amigas de mi hermana a comer. Las dos son médicas y del sur. Símpatiquísimas. Al entrar en casa, lo primero que se ve son dos cuadros míos, por eso se repite el comienzo de un diálogo:

- Los ha pintado mi hermano/ mi hijo. El artista.


Las respuestas varían dependiendo de la mirada del invitado.

Luego, después de las presentaciones, este es Javi, el artista, surgen siempre los comentarios.

Mónica: A Blanca le ha gustado el cuadro rojo.

Blanca: El del ángel.

Lorena: Sí.

Es curioso, cuando la gente mira ese cuadro, ve un ángel. Un ángel caído. Los ángeles se caen, piensan. Y tal vez tengan razón. Dicen, el ángel.

Yo les explico que no, que no es un ángel, si no Ícaro. Y les pregunto si conocen el mito de Ícaro y Dédalo. Dicen que no, y se lo cuento.

Al terminar, aprueban la interpretación mitológica ensimismadas. Y me ensimismo yo también con lo del ángel.

El relato bíblico narra cómo a Lucifer lo destruyó la soberbia.

Ícaro se enamoró de la belleza del Sol, a pesar del consejo de su padre, todo irá bien mientras no te acerques al Sol, porque el calor derretiría la cera de las alas.

Miro a Blanca. Sonrío:

- Para ser de Jaén, Blanca, no tienes mucho acento.

Thursday, April 12, 2007

Al amanecer



Como esta canción. Pienso en las cosas que podríamos hacer así, con sencillez y alegría. No todo, claro, porque a veces. Pero si quisiéramos. No sé. Algo dependerá de nosotros.

Me viene este diálogo entre el profesor de Color de primero de carrera y un alumno. Mes de septiembre; el horno de los créditos no está para roscos:

Profesor: repita el ejercicio.

Alumno (contrayendo a la vez todos los músculos de la cara): Pero hombre, ¡No me joda!

Profesor: La vida es jodida...

Alumno: ¡Pues ande y no la joda usted más!


A Balú.

Cheetah


No puedo conciliar el sueño. Adiós siesta, adiós. La voz de Anne Igartiburu culebrea en mis oídos. Que Cheetah ha cumplido 75 años, dice. Bien. Pero sigue: Cheetah es el chimpancé más longevo del mundo, la esperanza de vida de su especie ronda los sesenta años. Y recalca, a continuación, el chimpancé. O sea, que ya no es Cheetah, sino –en el mejor de los casos- Cheetoh (con lo que entiendo varios episodios fraudulentos de la infancia). Más: vive retirado de la farándula, en Palm Springs (California); mucho sol, sabrosas bananas.

Pero la respiración, que hasta ahora había aguantado el ritmo, se me trabuca en el último instante: Cheeta, además, es pintor.

Pintor abstracto.

Vende.

El pañuelo


Mucho bien me hizo -quién lo diría- Tom Hanks hace unos años. Cuando leí una entrevista en el suplemento de algún periódico, con el estreno de Salvar al soldado Ryan. Hanks contaba, entre otras cosas, como se preparó para protagonizar la película. Según explicaba, pasó una temporada en un cuartel militar, haciendo lo que hacen los militares, siendo uno más. Recordaba que, el primer día, el sargento de instrucción le señaló una soga que trepaba varios metros hacia el cielo.

- Vas a subir por ahí, hasta coger el pañuelo.

Hanks escrutó la cuerda, se quedó pálido:

- Jamás… señor, yo no, no, no podré hacer jamás eso, subir hasta ahí. Imposible, yo, míreme. Soy actor, yo. No, no…

El sargento le miró sin un atisbo de compasión, casi con asco.

- ¿Qué no puede? Ya veremos si puede.

Y así, Hanks, sin darse cuenta, se vio como abrazado a la soga. Cada día ganándole unos centímetros más al pañuelo. Abajo, desde el cabo, el sargento prendía fuego a la garganta: MÁS.

Fue uno de los últimos días -podemos imaginar la expectación de los soldados en el cuartel- cuando Hanks cogió con la yema de los dedos aquel pañuelo rojo.

Wednesday, April 11, 2007

Just like a woman



En un momento de la película, Annie Hall habla de esta canción. Me acuerdo por eso. Y también, porque acabo de ver Hiroshima mon amour.

O son sólo dos excusas para colgarla aquí. Puede ser. Seguramente.


Bob Dylan y, detrás, George Harrison.

Y eso


En la mesa, comiendo:

J.: ¡ Ya tengo un dominio en Internet!

Mamá (con esa mezcla de sorna y ternura sólo capaz en una madre): ¿Qué es eso, dominio?

J.: Voy a hacerme una página web. Con los cuadros y eso.

Mamá: Eso. Y que te ayude Miguel. Que hasta los artistas tienen página web.

Paris


Escalé hasta lo alto de la torre Eifeel. Miré hacia abajo para ver París, miré bien, a través de la verja. Decepción. Nada. Aquella ciudad parecía París, sí: el Sena, Los Inválidos, edificios blancos, tejados de pizarra, incluso -al fondo-, El Sacré Coeur. Y la bruma.

Pero lo que yo amaba de París estaba bajo mis pies.

No supe darme cuenta. No quise darme cuenta.

Ya nunca más París.

Amor y conjunto o tontuna y caida libre


Ya llevábamos dos Quacks y todavía no era la hora de comer. No había nadie más en la pequeña hamburguesería, pegada a los cines Capitol. Tonteábamos mientras ella hacía dibujos en el cuaderno, mira, así es Ángela; y este es... Dragrón. Trazó una raya de más, ¡uy!
Sacó la goma y empezó a borrar:

- Dicen que borro muy bien.

Miré desconcertado y ya no había marcha atrás cuando me oí diciendo:

- Sí, si que borras bien. Borras muy bien.

Todavía nos reímos al recordarlo, cuatro años después.

Caí.


La fotografía es suya. El playmobil, no. Debería estar nadando en la Ría.

Tuesday, April 10, 2007

white is black



Cuántas bodas, cuántos cuadros. Pinto en el garaje. Pinto. Y me acuerdo de mis amigos cuando miro los lienzos en blanco. El cielo blanco, margaritas blancas, un pueblo blanco. Cuántos huecos en las paredes blancas. Las novias de blanco, mi cara blanca y los ya menos amigos, negros.

Les recuerdo con James Taylor y Carol King que, a pesar de los pesares.

YOU'VE GOT A FRIEND


Cuando estés triste y preocupada
Y necesites algo de cuidado amoroso
Y nada, nada esté bien
Cierra tus ojos y piensa en mí
Y pronto estaré ahí
Para iluminar incluso tu noche más obscura

Tu solo grita mi nombre
Y tu sabes que donde sea que esté
Vendré corriendo a verte otra vez
Invierno, primavera, verano u otoño
Todo lo que tienes que hacer es llamar
Y estaré ahí
Tienes un amigo

Si el cielo sobre ti
Se hace más oscuro y se llena de nubes
Y ese viejo viento del norte empieza a soplar
Mantén la calma
Y llámame en voz alta
Pronto me escucharás golpeando a tu puerta

Tu solo grita mi nombre
Y tu sabes que donde sea que esté
Vendré corriendo a verte otra vez
Invierno, primavera, verano o otoño
Todo lo que tienes que hacer es llamar
Y estaré ahí
¿No es bueno saber que tienes un amigo

Cuando la gente puede ser tan fría
Te lastimarán y te abandonarán
Y se llevarán tu alma si los dejas
Oh, pero no los dejes

Tu solo grita mi nombre
Y tu sabes que donde sea que esté
Vendré corriendo a verte otra vez
Invierno, primavera, verano o otoño
Todo lo que tienes que hacer es llamar
Y estaré ahí
Tienes un amigo


P.D: Y pensé, pues la pongo. ¡Sensibilizaos, sensibilizaos!

Datos


Acabo de fundar –nada, sólo minutos-, el Centro de Estudios Estadísticos sobre Arte de Barakas. Sí, CEEAB. En estos momentos, negocio para instalar sedes en Dr. Areilza – cogollo de Bilbao, perfecto para los servicios de inteligencia (al mando de Peter, también conocido por el alias de “Pater”) y Sanfran –epicentro de la cultura alternativa en el Botxo-.

Todo se andará.

La primera encuesta, cuyos resultados expongo a continuación, espero colocársela a la Facultad de Bellas Artes de la UPV. Euros a la saca.

La pregunta: ¿Es usted Artista/o?

Personas/ os encuestadas/ os:
8.

Papa: No
Mamá: No
Juan Andrés: No
Alberto: No
Javi: Sí
Mónica: No
Miguel: No
Pablo: No

Nota*: Por orden cronológico y/o/u edad, de mayor a menor.

Conclusión /es:
Una/o de cada ocho personas/os se dedica o se considera artista/o. Hablamos del 12,5% de la población.

Los números no engañan.

Seriedad.

Siniestro Total


Cuando dos madres se juntan, surge el peligro. Las nuestras se encontraban a menudo por la calle, o en el mercado, o donde fuese. El caso es que sus encuentros ligaron nuestro futuro, por entonces, nada prometedor. Hablaban de nosotros y, tirando del hilo, sacaron a pasear los trapos más sucios: Inglés, matemáticas y física y química.

Así que, poco después, Pablo y yo formamos un dúo itinerante por la enseñanza particular pamplonesa. Por aquellos días, Pablo era un macarra existencialista con las greñas hasta el culo; Siempre llevaba un pañuelo palestino, botas militares, gafas oscuras y una cazadora vaquera con un parche en el brazo (un puño con el anular tieso). Si esto fuese Estados Unidos, ya te habrían cosido a golpes, le decía el profesor de historia y coordinador del curso. Posiblemente, pero no es, respondía Pablo.
Así nos hicimos amigos: te pareces a Ringo, decía él –cabeceando y canturreando Love me do-; tú, al Drogas, -sin conocer una letra de Barricada que cantar-.

Vistos desde fuera, no teníamos nada que ver, desde dentro, nos comunicábamos recitando versos de Siniestro Total.
Pablo era un existencialista vitalista, ¿cómo? No sé. Pero remendaba las corrientes filosóficas como le venía en gana. A veces decía que era dios; se miraba los antebrazos y decía: son perfectos, soy dios. Yo le escuchaba y aprendía, con vocación de discípulo despistado y -supongo que-, también, suavizaba su carácter.

En dos cursos conocimos a tres profesoras de inglés que representaban tres generaciones diferentes.
Una, la joven, era arquitecto. Se dejaba el alma en las clases pero nosotros la mirábamos a ella sin escucharla. La amábamos en secreto. Impartía las clases por la tarde y, al salir, nos íbamos a tomar algo a la tienda de golosinas de la esquina. Ya no hacíamos nada más en todo el día.

PTK parecía una bruja: desgreñada, nariguda y con ojos de sapo. Le llamábamos así, PTK, por su obsesión por la fonética: bodega-petaca-forcejeo. Siempre llegábamos tarde a sus clases y a los diez minutos, decíamos: tenemos hambre. La mujer nos traía una onza de chocolate. Los días que faltaba uno de los dos, el otro se dedicaba a escribir cartas y a dejarlas debajo del tapete de cuero. Aquella correspondencia era un alivio para tanto tedio solitario.

La bulldog tenía cara de eso, de Bulldog Inglés, y gafas de pasta negra. Las clases duraban veinte minutos: llegábamos tarde y nos íbamos pronto, tenemos que irnos, mamá nos espera a comer.

Ninguna de las tres sospechó que jamás aprenderíamos una sola palabra en Inglés, al menos, no hasta que los Ingleses nos devolviesen Gibraltar, sostenía Pablo. A mí, Gibraltar, pues bueno. Pero secundaba la premisa. Por aquello de la amistad.

Monday, April 09, 2007

Obertura


Ocurrió en tercero de B.U.P. El tutor (también profesor de lengua y latín) hablaba durante el curso con cada uno de nosotros, siguiendo riguroso orden alfabético. Entrabas en el despacho y lo de siempre: que qué vas a estudiar, que por qué no estudias, a qué dedicas tu tiempo libre y eso. Pablo venía detrás de mí en la lista. Le esperé en el pasillo. Salió haciendo aspavientos.

Yo: ¿Qué tal?

Pablo: Raro.

Yo: ...

Pablo: Joder, ¡que me ha dicho que te lleve de copas!


Y vaya si me llevó.

Hoy y siempre



No lo olvides nunca.

Asi es


Antes de acabar la conexión, asomé la cabeza boca abajo por la webcam, colocándome muy cerquita del objetivo. Como una marioneta de trapo, haciendo ese truco que tanta gracia hace a los niños: aparecer y desaparecer, Halez-hop!

Y Catita se tronchaba de risa, parecía que le estuviesen haciendo cosquillas.

Y entre carcajadas, señalándome dijo:

Papi, ¡ES JAVI!

Y seguí tonteando: viéndola reír, viéndome tan ganso.

Con un cosquilleo en la tripa que confirmaba lo que antes era sólo una sospecha: Existo.

Sunday, April 08, 2007

Dejame llevarte



Había dos opciones: o escribir una macro-enciclopedia monográfica sobre los Beatles, o dedicar el tiempo a otros asuntos más mundanos. A Jordi Sierra i Fabra no le ha ido nada mal, pero opté por lo segundo.


Se han compuesto pocas canciones tan bellas como Strawberry Fields Forever. Sólo Iñigo es capaz de tocarla como Lennon, pero no hay vídeo de Iñigo en Youtube.


Déjame llevarte
Porque voy a los Campos de Fresas
Nada es real
Y no hay nada por lo que preocuparse
Campos de Fresas para siempre
Es fácil vivir con los ojos cerrados
Sin comprender nada de lo que ves
Resulta difícil ser alguien
Pero todo sale bien
A mí no me importa demasiado
Déjame llevarte
Porque voy a los Campos de Fresas
Nada es real
Y no hay nada por lo que preocuparse
Campos de Fresas para siempre
Creo que no hay nadie en mi árbol
O sea que debe de ser alto o bajo
Para que no puedas sintonizar
Pero está bien
Es decir, creo que no está del todo mal
Déjame llevarte
Porque voy a los Campos de Fresas
Nada es real
Y no hay nada por lo que preocuparse
Campos de Fresas para siempre
Siempre, no a veces, creo que soy yo
Pero sé cuando es un sueño
Creo que sé cuando quiero decir " sí"
Pero es totalmente falso
Es decir, no creo estar de acuerdo
Déjame llevarte
Porque voy a los Campos de Fresas
Nada es real
Y no hay nada por lo que preocuparse
Campos de Fresas para siempre.

Tan asi


Me gusta decirle barbaridades, por ejemplo:

Yo: Te echaba de menos.

Ella: Qué animal.

Y así nos entendemos.

La fama cuesta


Fue Marta quien me dijo, has salido hoy en El Correo. Y, como buen abilbainao y barakaldizado, me embargó un sentimiento curioso parecido a la emoción, pero más intenso, porque la popularidad en Bilbao cuesta lo que una ronda de txikitos en Somera.

Y cómo pues.

En el bus de la Universidad.

Y cómo pues.

En un reportaje sobre el estrés que causa el transporte público en los estudiantes.


No he visto la fotografía, ni vi en su momento a quien la hizo, ni sé en qué autobús, ni cuándo. Pero imagino mi rostro macilento, desgreñado, ojeroso y mal afeitado, con la nariz pegada al cristal de la ventanilla y la biografía del Che entreabierta en la página 146, por ejemplo. Y si saliesen los pensamientos en el positivo, ya no sería yo el de la foto, si no un saco de patatas suplicando que lo arrojasen en la siguiente parada.

Alguien escribió en una taquilla de la Facultad de bellas Artes: "Prefiero morir andando que viajar en Bizkaibus".

Pero yo no voy a quejarme. De momento, la fama no ha cambiado mi vida.

El comienzo de una nueva historia


Domingo de Resurrección. La gran rueda de piedra que hace de portón para el sepulcro aparece desplazada. En el interior, sólo unas vendas.

Pienso un poco en todo esto y uno cosas con otras:

1
En una entrevista, Woody Allen explicaba al periodista que, desde pequeño, le gustaba la magia. Decía que, cuando todo se volvía caos, la única respuesta que podía dar sentido era la magia.

2
Seguramente, la novela más impresionante que haya leido sea Crimen y Castigo, la historia de Sonia y Raskolnikov. Copio y pego un fragmento del epílogo:

Pero comienza aquí una nueva historia. La historia de la lenta renovación de un hombre, de su regeneración progresiva, de su paso gradual de una vida a otra, de su ascensión a una nueva realidad desconocida para él. Esto puede ser el tema de un nuevo relato; el que hemos querido ofrecer al lector ha terminado.

Saturday, April 07, 2007

Princesa



La calidad de la imagen es pésima y en algún momento falla el sonido, pero la interpretación es excelente. Taza y media de Sabina - la otra mitad, de Alejandro Sanz-, vale, pero merece la pena.

Tantas princesas y cada uno la suya. A veces se van.

P.D: Eresfea, resiste.

Escultura


Vacaciones; sí, claro. En cuanto uno se distrae, aparece patas arriba ordenando algún agujero de la casa igual que la selva virgen.

Hoy he recibido una orden desde arriba, Javi, al buraco. Eso significa desalojar el trastero y recomponerlo por completo, encajar las piezas de un puzzle imposible, multiforme y tridimensional.


Y ahí dentro hemos hecho la mañana, Alberto y yo: colchones, somieres, maletas, abetos artificiales, cojines, juegos de mesa, disfraces, raquetas, peluches, muñecas, juguetes, apuntes, revistas, papeles, dibujos... uf.

Había también un par de cajones de plástico con pertenencias mías: uno con apuntes de carrera y media y otro con todo tipo de recuerdos que había apartado de mi vista hace ya tiempo. Dentro del primero, había un papel pegado sobre cartulina negra. Por absurdo que pueda sonar, se trataba de una "escultura", arte conceptual reivindicativo. O por eso lo quise hacer pasar, porque no era más que un escrito para alguien. Aquella mañana, en segundo de carrera, lo coloqué en una de las paredes del aula de escultura y me largué con el suspenso en la nuca. Transcribo una parte:

Tu eres lo más grande que podría haberme pasado,
pero eso no importa ahora.

Todavía estamos a tiempo de comenzar una historia.
Y aunque jamás lleguemos a conocernos, déjame decirte.

Es bueno que existas.
Haces de este espacio un lugar importante con sólo tocar la mesa,
o reír;
cuando respiras.
Tu voz lo llena todo.
Por favor, háblame de ti.
¿Volveremos a vernos?

Tu ausencia dejará un vacío desolador,
nada será como antes.
Has dejado constancia.


Una historia; palabras, papel y cartulina.

El relato


No puedo evitarlo. Estos días me afectan. Adentran a uno en otra dimensión, como si viajara en el tiempo para estar allí, mirando.

El relato de la pasión me lleva lejos de quien soy, o sea, que me olvido de yo, de esta sonata en clave de mi. Reduce el ego, lo transforma radicalmente. Impresiona*.
La perfecta sencillez de los evangelios conmina a reinterpretar el propio ser frente a la realidad; hace añicos los patrones de conducta todavía establecidos. Una lectura detenida, ahoga el mero sentimentalismo dejando espacio a una profunda reflexión sobre la naturaleza del ser humano, capaz -repito, otra vez, de cosas grandes-. ¿Podemos?, sí. ¿Nos atrevemos?, parece más difícil y, sin embargo, ¿acaso hay algo que perder? Sólo la verdad nos hará libres.
Y la verdad se hizo vida, la palabra se encarnó en acción consecuente hasta un final que se volvió principio. El Amor incondicional. La Suprema Justicia, que es la Misericordia. El sentido del sufrimiento. Toda la Belleza del mundo.


* La fuerza de la palabra del Evangelio supera cualquier recreación visual.

En imágen, El hijo pródigo, de Rembrandt