El Canodromo

Me han llamado drogadicto, han apostado que era homosexual. Pero nunca he oido decir que sea un genio.

Wednesday, January 31, 2007

Plis-plas


Procuro no abusar de las citas pero resulta que no puedo deshacerme de ésta -atribuida a Ovidio- desde que la escuché, o leí, en una clase de filosofía, en el colegio.

Y la muy puñetera me abofetea cada vez que la recuerdo (PLIS-PLAS).

Dice así:

Veo lo mejor y lo apruebo, pero hago lo peor.

(PLIS-PLAS-PLIS-PLAS-PLIS-PLAS-PLIS-PLAS)

Vaya.

Tuesday, January 30, 2007

Gente en su sitio


"Lo malo de los reportajes es que uno tiene que contestarle en el momento a un periodista todo lo que no supo contestarse a sí mismo en toda la vida... Y encima pretenden que uno quede como inteligente..."

Quino: un genio al que leer y releer.

Monday, January 29, 2007

Para evitar sobresaltos.


Pérfidos flashazos. Otra foto carné. Y la remiro al salir del estudio, mientras camino por la acera –claro-, absorto, tropezando con los transeúntes, disculpe señorita. Como si no me conociera de memoria. Como si no fuera yo. Pero yo qué se.
Y luego saco la otra, la vieja y manoseada, que está en la cartera.
Comparo:
Qué es ese surco de ahí, me pregunto – aceptándolo ya, o más bien claudicando, sin interrogantes-. Y esa frente que ha crecido por los costados, cuero cabelludo –recuerdo-, cuero (primero), cabelludo (después).

La culpa es mía, concluyo en reproche, por dejar pasar tanto tiempo.

Y decido que:

A partir de mañana, lo mejor será sacarme una foto carné cada tarde y quemar –justo antes de meterme en la cama- la del día anterior.

Rioja a granel


Salíamos de Logroño y mi padre vio un local a la derecha de la calzada con un cartel escrito a mano: Vino rioja a granel.

Iiiihhhhhhhh (Frenazo).

Papá bajó del coche con el monedero lleno de calderilla en el bolsillo (clinc-clinc-clinc).

Papá: ¿Disculpe, cuánto cuesta la botella?

Vendedor:
Cuarenta céntimos.

Papá: Bueno, pues deme una.

Vendedor:
Aquí tiene. Son cuarenta y cinco céntimos.

Papá: Pero... hombre, ¿no me acaba de decir que cuarenta?

Vendedor: Oiga, y el tapón, ¿qué?

Sunday, January 28, 2007

Funambul


Señalaron el alambre que se perdía en la inmensidad del cielo, unos metros más adelante y, luego, me entregaron la pértiga: toma.

Sólo me dieron una instrucción: anda.

Me eché a andar y, sin darme cuenta, dejé de oir sus voces. No volví la vista atrás.

Hoy sigo con la pértiga en las manos, dando pasos muy pequeños, todavía torpes, inseguros.

No sé qué ocurrirá más adelante, en qué momento resbalaré, o perderé el equilibrio.

Mientras tanto sigo adelante.

Escribiendo el relato.

Esperando un final significativo.

Thursday, January 25, 2007

Señor ojos de pez


Ah. Hoy escribiría una letanía de improperios contra el señor con ojos de pez. Me hierve la sangre. Pero tengo que entregarle los cuadros a las tres de la tarde así que, de momento, le daré una tercera oportunidad.

Sin resentimientos.

Seré bueno.

Veremos cómo se porta.

Veremos.

P.D: En esos ojos azules de pez se hunden dos lentillas.

Wednesday, January 24, 2007

Piropopopos


Estábamos los tres charlando de algo que no recuerdo. Y, sin venir nada a cuento, Diana le dijo a Susana:

- Tienes cara de actriz.

Susana esbozó primero un gesto de fingido recato e, inmediatamente, desplegó toda su sonrisa:

- Gracias.

Por supuesto, yo también quería mi parte de adulación:

- Diana, y yo… de qué tengo cara.

No dudó:

- Tú tienes cara antigua.

Tuesday, January 23, 2007

Pintura, pintura


El mejor profesor de pintura que he tenido en la facultad es José María Casado. Está ya mayor y muy cerca de jubilarse. Cuando habla, su voz se arrastra y luego se deshace hasta convertirse en un instante de silencio. Para volver a empezar de nuevo. Y siempre que habla dice pintura: eso no es pintura, y abre grandes los ojos de un azul límpido, casi turquesa. Eso no es pintura, parece un poster, pintura es otra cosa.

Y empieza a divagar, cuando ya parecía irse.

...los matices, la atmósfera... casi se puede tocar, cuando uno ve pintura, la desea, quisiera agarrarla y decirle: eres mía.... Degas... algo nebuloso.

Casado se pasea con la chupa de cuero, y de los labios asoma la punta de la lengua inclinada a la derecha cuando la pintura es pintura. Y aparece en el aire Cezzane, ese rojo no es de De Chirico, más verde, un poquito sólo, así.

Y empieza a divagar, cuando ya parecía irse.

Las palabras recorren despacio la historia de la pintura y la historia acaba siempre en Antonio López. Pintura.

Y la pintura vuelve a ser importante.

Monday, January 22, 2007

Cuestion de porcentaje


Conversación entre Miguel Ángel y mi hermano Pablo:

- La semana pasada fui a Port Aventura. Qué lugar.

- ¿Y qué tal?

- Me monté en todo, bueno, menos...ehm... en el Dragon Khan. Me... me temblaban las piernas con sólo mirar aquellos garabatos colgados en el aire.

- Bueno, bueno. Pues yo siempre que voy a Port Aventura monto en el Dragon Khan. Me encanta el Dragon Khan.

- Caramba, qué tío... ¿Cuántas veces has estado allí?

- ...

- ...

- Una.

El artista y la moneda del exito


María Jesús, la profesora de Ambiente, acción y participación vino hacia mi. Se apoyó con los brazos cruzados sobre la mesa. Yo peleaba con la maqueta de una instalación. Ella miraba a otra parte.

Dijo: Cuando yo era joven, triunfaban los artistas maduros. Ahora que soy vieja, triunfan los jóvenes.

Dije: Mala suerte.

Dijo: Mala suerte.

En la imagen, Damien Hirst: Joven artista

Un final mas por ejemplo lo unico


Ella dijo (acariciándole suave la mano): Eres un cielo, un ángel sin alas. El chico más bueno que conozco: tierno, inteligente, culto, generoso, con sentido del humor -¡qué sentido del humor tienes!-. Lo paso tan, tan bien contigo… y, no sé, me haces sentir especial cuando me miras, cuando sonríes con esa sonrisa tuya de sonrisa. Cualquier chica se dejaría matar por estar en mi piel, ángel sin alas, cielo. Lo único, que sólo te veo como amigo.

Él sintió en algún lugar adentro: (Craaaack)

Y ya nunca más.

Saturday, January 20, 2007

El ciempies


Recuerdo cuando a la edad de siete años, enseñándole un papel con personajes que había garabateado a bolígrafo, le dije a mi hermano Alberto que, de mayor, quería ser cuentista. Él se rió. Por lo de cuentista, claro.

Yo me quedé mirando aquel papel doblado y sentí como si un ciempiés de hielo recorriese mi estómago, de abajo a arriba.


En la imagen, un ciempiés uruguayo.

Imposibilidad


Estoy redactando un trabajo sobre el autorretrato para una asignatura de pintura. Así, he tropezado con un pensamiento que Vincent Van Gogh lanzó a su hermano Theo en una carta:

"Se puede tener, en lo más profundo del alma, un corazón cálido, y sin embargo, puede ser que nadie acuda a él".

Y al leerlo recordé la "confesión" desgarrada -me impresionó mucho- de un personaje de la película Magnolia:

"Tengo tanto amor para dar; es sólo que no sé dónde ponerlo…"


Quizá hoy lluevan ranas.

Naufragio


Perdóname por no haberte esperado cuanto hiciese falta.

Fue tan fácil engañarse, engañarte –no sabía verte, aun no estabas-.

La impaciencia, ya ves.

¿Cómo pensar en tí?

Para qué pensar en tí.

Y aunque era un soñador, con torpeza fui rompiendo cada sueño.

Hoy, como un fantasma y sin poder volver atrás, te ofrezco lo único que queda:

Los restos de un naufragio.

Friday, January 19, 2007

Crisis


Siempre leo el blog de Peter antes que el mío. Hoy ha vuelto a adelantárseme y ha escrito una entrada que me recuerda mucho a ésta que viene:

Calle Mirasol, a la puerta del Hogar de jubilados y pensionistas de San Francisco, SANFRAN.
Una viejita a su cuadrilla de viejitas, que le hacen un corro:

- ¡¡A mi nadie me obliga a jugar a las cartas!!

Un grito Guevariano.

Se abre una crisis de orden mundial.


¿Será que a los mayores ya no les gusta jugar a las cartas, hacer calceta, dar de comer a las palomas, ocupar los bancos de los parques y vigilar la correcta evolución de las obras municipales?

¿Deberán los asilos, residencias y hogares varios proveerse de Playstations?

Thursday, January 18, 2007

Otro posible final pero



Ella dijo: Te quiero, pero no te siento.

Él dijo: ¿Ein?

Y ya nunca más.

Wednesday, January 17, 2007

Apretado


Salí apretado de casa. No me había dado tiempo a pasarme por el baño, era tarde y tenía que coger el autobús de las 7.30.
Pero el autobús ya se había marchado cuando llegamos a la parada, así que entramos a una cafetería. Sólo la palabra café ya produce en mí un efecto laxante. Pedí uno con leche y fui directo al lavabo. El apretón me apretaba con fuerza cuando abrí el de caballeros y no había papel: “a la mierda”, dije. Y volví a la mesa, encorvado. Le pedí kleenex a Susana: “No tengo”, dijo.
Intenté sentarme a su lado pero el asunto estaba feo, así que me erguí y fui a la barra, tan digno como pude. Hice un aparte del resto de clientes, siseé al camarero: “por favor”.

- ¿Tiene papel de baño?, musité.

- ¿Eh?

Me recompuse.

- Ejem, si tiene papel higiénico.

- ¿Dónde?

- En el baño.

- No sé.

- No, no tiene.

- No sé.

- He mirado y no había.

- Puede ser.

- O sea, he entrado antes al servicio.

- ¿Para qué?

- Necesito ir al…

- ¡Ah! No sé. Voy a mirar.

Le acompaño. Mira. No hay.

- Tienes razón. Ahora te traigo.


Y lo trajo.


En la imagen, el perro del higiénico.

Tuesday, January 16, 2007

Un final por ejemplo si eso


Ella dijo: Ya si eso nos vemos.

Él dijo: Te pongo un mensaje si eso.

Y ya nunca más.

Monday, January 15, 2007

Perverso mundo mundial


Estimado Peter:

Si no es por molestar; que no, no es por eso. Sólo que después del calendario de Limpiezas Orme -de pared, como tiene que ser un calendario- parecía que no podríais llegar más lejos (por cierto, lo vi el sábado en un bar de Somera, mientras me atiborraba a txampis y zuritos).

Pero veo -decía- que no tuvisteis suficiente y ahora toca abducir a los niños. Esta vez, por gentileza de El Correo.

Perverso Athletic. Perversos Bilbaínos.

Abrazos,

J.


P.D: Perversos y adictivos txampis.

Esemeeses


Los mensajes recibidos a la madrugada acongojan de veras. Sobretodo, entre semana. Porque puede tratarse de cualquier urgencia aunque, generalmente, sean sólo declaraciones de amor solapadas, tiros al aire.

Algo así:

Llueve en Donosti, ya ves.

Sin embargo, esta mañana me he levantado con uno que había enviado Jóse, a la 1:38.

Ponía:

Estoy contando una historia y la estoy contando bien.


Artistas.


La ilustración es de Jóse

Thursday, January 11, 2007

Genio con genio (principio de incertidumbre)


No sé qué le había hecho Pablo a Miguel. Pero ya estábamos todos sentados a la mesa.
Tendrían ocho y diez años. Miguel, por entonces, practicaba métodos sicilianos.

Pablo (atemorizado. Llorando): ¡...Papá... Papá!

Papá (cariñoso): ¿Qué te pasa, hijo?

Pablo (atemorizado. Llorando): Miguel me ha dicho que me va a pegar cuando acabemos de comer.

Miguel (sentado al lado de Pablo, siguiendo a lo suyo): O antes...

Tuesday, January 09, 2007

Ismael


Salimos del Gayarre meditabundos, con el alma encogida como un gusarapo después del concierto. Estábamos María –que se fue nada más terminar-, Vanesa, Paula, mi hermana Mónica y yo. Fue mi hermana la que se empeñó en entrar a los camerinos para verle de cerca. Por supuesto, yo dije que no. Pero el no debió sonarle igual que un pistoletazo, porque salió disparada hacia el interior del teatro. Y detrás de ella, también mi pequeña Paula. Así que Vanesa y yo nos miramos a penas y corrimos tras ellas como corderillos.

Tenía razón Mónica: tropezamos con Ismael Serrano, que estaba firmando autógrafos a un pequeño grupo de fans en el pasillo de los camerinos. Me quedé idiotizado ante la escena y me veía como un enfermo de cuello para arriba, esperando el garabato de un tipo que cantaba canciones tristísimas. Y veía también a Mónica y Paula, hipnotizadas por la misma figura endeble, irreconocibles y vulnerables, agitando las entradas: ¡¡¡Ismael, Ismael!!!

Un muchacho le suplicaba ser su amigo: Isma, ¿Te podré llamar algún día? Tengo tu... teléfono.
Nos sacaron a todos de allí por la puerta falsa. Prometieron que Ismael saldría en unos minutos a la calle. Y así fue.

Nos sacamos una foto.

Mónica le pidió que le escribiese en la entrada algo sobre el subcomandante Marcos. Le puso una estrofa de, Ya ves:

Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si arde Lacandona
si Marcos abandona,
¿quién será nuestro dueño?


Mi hermana contentísima.

Y siguiendo el patrón, a Paula le garrapateó un fragmento de Vértigo:

Vértigo, que el mundo pare,
que corto se me hace el viaje.
¿Me escucharás, me buscarás,
cuando me pierda
y no señale el norte
la estrella polar?


Aquellas palabras le iban como anillo al dedo.

Y a mí, algo escueto pero muy certero. Como un dardo:

Hoy es siempre todavía

Lástima que se tratase de un verso de Machado.

Luego nos fuimos.

Paracaidistas


En invierno, todavía no ha amanecido cuando llego a la facultad. Lo mejor del trayecto a Leioa en autobús es el paso por el puente de Rontegui. A la derecha, se ven los reflejos de las farolas titilando blancas y azules en el agua de la ría. Pero, sobretodo, me gustan las luces naranjas que trepan por los montes. Cada mañana, cruzando el puente, viajo a Monterrey (Mexico). Recuerdo aquella montaña, camino del aeropuerto, como una inmensa pared llena de lucecitas como estrellas desordenadas, o millones de paracaidistas -así los llaman allí- suspendidos en el aire y brillando sobre la oscuridad de su pobreza, justo antes del amanecer.

Monday, January 08, 2007

San Francisco, Bilbao


Intento escribir algo con un poco de sentido en un gélido ciber de San Francisco. Y no hablo de San Francisco, California, sino de San Francisco, Bilbao.
Curiosamente, la calle San Francisco -cambiando de costa oeste a costa este- acabó por convertirse en un Bronx tan Bronx como el Bronx de Nueva York. O peor: inmigrantes ilegales, drogas, armas, prostitución. Esas cosas.

Cuando cruzo la zona, nunca sé hacia dónde o hacia quién mirar. A veces, da la sensación de que sólo se ven ojos: rojos, amarillos, blancos. Ojos que no vienen de ningún sitio y tampoco irán jamás a ninguna parte. Ojos tristes. Al menos, eso pienso con deje tópico hasta que oigo, entre risas (y ojos):

¡¡Senegal es el mejor país del mundo!!

La imagen, un fotograma de Paris, Texas.

Saturday, January 06, 2007

Escribir, escribir, escribir (Cariños, Elena)


Recordé este texto que me escribió una amiga muy querida, que vive muy lejos, en Tortuguitas (Argentina) y a la que nunca he visto. Lo recibí pocos días antes de mi segunda exposición individual, en Atlanta (USA), hace casi dos años.

Por eso vuelve El Canódromo sin apenas haberse ido.

Dios te ha bendecido con varios dones, por lo que veo. Además de la pintura y el dibujo me encantaron los cuentos que escribiste. El que dedicaste a Catita es un primor y el que se refiere a tu padre también. A través de lo que redactas se advierte un profundo amor por tu padre y también admiración y el reconocimiento a la trayectoria de vida que lleva. Si él lo ha leído debe sentir una enorme felicidad.
Creo que tendrás que cultivar ambos, pintura y escritura, pues todo nutre, hace crecer y se potencian. Y según cuentan... dicen que cuando uno llega a las puertas del paraíso hay que dar cuenta de lo que hemos hecho con nuestros dones. Además, con todo este bagaje nunca te sentirás realmente "solo".

Te agradezco el dato sobre las texturas, me queda preguntarte cómo adhieres al soporte los elementos que le pegas. ¿Quién ha sido o es tu maestro? Debe estar orgullosísimo de su discípulo.

Y para tí que estás llegando a una meta, te recuerdo... cuando uno alcanza o llega a algo que se propuso, nunca llegó solo. Está claro que tienes la predisposición, el oficio, pero todo aquel que te acompañó en el camino tiene su importancia, casi todo ayudó a "llegar". Si puedes expresarlo con palabras o gestos, ¡muy bien!, y si no hay manera de esa forma, aunque sea con el pensamiento. Seguro que ese alguien recibirá de alguna forma esa buena intención, la "buena onda"
Transitamos un mundo superficial y materialista en el que una palabra de reconocimiento siempre cae bien y ayuda a vivir.


La ilustración, obsequio del periodista navarro Carlos Mencos.

En presente


Se van otras navidades irrepetibles. El tiempo pasa tan deprisa que parecen las mismas siempre. O episodios de una saga, Navidades. Quizá exagere un poco, claro, porque todo esto es la realidad y faltan algunos protagonistas insustituibles y, el resto, nos vamos haciendo mayores. Pero de los que no están aquí, ahora, procuro olvidarme, al menos lo suficiente para acordarme de cuidar a los que me rodean. Para no dormirme en la nostalgia. Para ser feliz en presente.

(A Leyre, que me explicó el truco)

Friday, January 05, 2007

Belleza


Una muchacha con abrigo de paño azul oscuro, hasta las rodillas, y cabello largo, liso, castaño –el cabello, así, impedía cualquier lectura de su perfil-, esperaba al número 17 fuera de la marquesina, arrimada a un banco.

Apenas llovía.

Se recogió un poco para abrigarse y me fijé en que guardaba una rosa púrpura envuelta en papel de celofán.

Pero hacía tanto frío.

Seguí mirándola hasta que subió al autobús, protegiendo con su brazo la frágil historia que llevaba en la mano.

Wednesday, January 03, 2007

Escribir, escribir, escribir


Empecé a teclear para El Canódromo hace cuatro meses. El objetivo era obligarme a escribir un poco cada día.

Escribir, escribir, escribir.

Ahora ya no sé.

Por eso he decidido tomarme unas vacaciones.

Hasta la próxima carrera.

P.D: Nunca apostéis por un perro que se llame Princesa.

Mision espacial


Destino: Planeta Pegamoide.

...4, 3, 2, 1, 0... ¡¡¡Fiuuuuuuuuuum!!!

Tuesday, January 02, 2007

A ti, despersonalizadamente tuyo


Las felicitaciones despersonalizadas en el móvil/celular me ponen nervioso. Le hacen sentir a uno igual que si fuera el cliente más pobre de una caja de ahorros. O algo así. Como si no tuviera suficiente con los avisos amenazantes de Movistar (ingrese en este número de cuenta la cantidad x antes del día x). Lo peor es que hay quienes, incluso, esperan que les respondas.

Pasos a seguir:


1- Opción mensajes.
2- Seleccionar mensajes recibidos.
3- Seleccionar mensaje en cuestión.
4- Borrar inmediatamente* o reenviar al emisor.

* Recomendado: muy económico.

Monday, January 01, 2007

La verdadera historia de Tchaikovski


El pequeño Tchaikovski entró en la casa de la mejor manera que puede hacerlo una rata: enjaulada y limpia, entre vítores. Cediendo los papás al capricho de una niña de seis años.
Ya sabemos cómo son los niños, creen que esas ratas albinas de laboratorio son primas hermanas de la ratita presumida. Y quizá sí, alguna de ellas, una de cada mil –por ejemplo-, guarde un parentesco, pero muy, muy lejano.

Así, Tchaikovski vivía feliz en su jaula: comida, carantoñas y alojamiento gratis; sobretodo, lejos del laboratorio en el que sus ojitos rojos vieron la luz fluorescente por vez primera y en donde a sus congéneres les hacían todo un elenco de barrabasadas. La familia le parecía simpática y el trigal dorado que se dibujaba tras el cristal de la ventana, un paisaje reconfortante.

Pero, con el tiempo, siempre sucede lo mismo: un animal enjaulado pierde toda la gracia.

Por eso Tchaikovski se afanaba en crear nuevos números, más espectaculares, que captasen la atención de la pequeña Sandra y también del resto de la familia, que ya apenas le hacía caso. El hambre que provoca el olvido aguzó su ingenio malabar: se columpiaba del techo de la jaula anudando la cola y abriendo las patitas; saltaba de una esquina a otra dando tres volteretas mortales en el aire; hacía el pino-puente…

En una de estas, ensayando de madrugada, Tchaikovski empotró su hocico contra los barrotes. Cayó girando como una peonza.

Cuando amaneció, vio desde el suelo de la jaula como la mamá de Sandra le observaba con cara de asco.

A Tchaikovski le ha salido un bulto repugnante en el ojo, debe haber cogido una enfermedad infecciosa. Hay que deshacerse de este bicho antes de que vuelvan los niños del colegio
.

El padre cogió la jaula y la sacó a la calle. Tchaikovski estuvo zarandeándose un buen rato allí dentro, como una cáscara de nuez en medio del mar enrejado. Media hora después, la mano peluda del padre abrió la puertezuela de alambre. Tchaikovski salió por ella, disparado, sin saber muy bien por qué, a la inmensidad del trigal dorado.

Lo siento, pequeño.


Dos semana más tarde, ya en la época de la cosecha, aparecieron ratones en el granero de la casa. Así que, entre la paja, el padre colocó trampillas con cebos de queso fresco y membrillo con nueces. Fueron muchos los roedores que quedaron tiesos sin rozar si quiera el alimento.
Una mañana, recolectando las victimas, el padre encontró al pequeño Tchaikovski preso en una de las trampillas y ya sin aliento: gordo, un poco sucio y sin aquel horrible bulto en el ojo.

Había vuelto a casa.